El Pensadero

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Narra Harry

Ese día al despertarme sentía peso en el tórax algo me pedía que no me levante, miro mi reloj y aun no era tarde tenía casi dos horas antes de la segunda clase. Me senté en la cama bostezando aún miraba la cama, no me creerán, pero sentía que me llamaba, quería que duerma un poco más, negué y me reía mientras caminaba al baño. Ya después de higienizarme me cambie y baje a desayunar, ese día quería disfrutar de un desayuno tranquilo y así fue estuve unos quince minutos comiendo

Tras comer Salí del gran comedor hasta la oficina del director necesitaba hablar con Albus quería saber qué pasaría con el torneo y sobre mi sueño ya que seguía pasando y con más frecuencia... llegó a la estatua me subí y dije las palabras para que esta comenzara a subir hasta encontrarme con la gran puerta. Pude dar un paso y escuché la voz del viceministro Fudge, nunca me había agradado

-Un hombre murió Cornelius y no será el último – Grito furioso Albus – Debemos hacer algo

-No se hará nada – Replicó Fudge – En momentos así el mundo mágico espera que sus líderes sean fuertes

-Entonces demuéstralo – Nunca había escuchado un Albus tan enojado

-El torneo de los tres magos no se cancelará no quedaremos como un cobarde – Gritó Fudge y Albus rió sarcásticamente

-Qué opina el ministro de que quieres poner en aún más riesgo a su hijo?

-Me temo, ¡Dumbledore, que no veo la relación, no la veo en absoluto! — Dijo Fudge – Ludo dice que Bertha es perfectamente capaz de perderse sin ayuda de nadie. Estoy de acuerdo en que a estas alturas tendríamos que haberla encontrado, pero de todas maneras no tenemos ninguna prueba de que haya ocurrido nada grave, Dumbledore, ninguna prueba en absoluto. ¡Y en cuanto a que su desaparición tenga alguna relación con la de Barty Crouch...!

-¿Y qué cree que le ha ocurrido a Barty Crouch, viceministro? —preguntó la voz gruñona de Moody.

-Hay dos posibilidades, Alastor —respondió Fudge— O bien Crouch ha acabado por tener un colapso nervioso ha perdido la cabeza y se ha ido por ahí de paseo...

-Y pasea extraordinariamente aprisa, si ése es el caso, Cornelius — observó Dumbledore con calma.

-O bien... —Fudge parecía incómodo —. Bueno, me reservo el juicio para después de ver el lugar en que lo encontraron, pero ¿decís que fue nada más pasar el carruaje de Beauxbatons? Dumbledore, ¿sabes lo que es esa mujer?

-La considero una directora muy competente... y una excelente pareja de baile —contestó Dumbledore en voz baja.

-¡Vamos, Dumbledore! — dijo Fudge enfadado — ¿No te parece que puedes tener prejuicios a su favor a causa de Hagrid? No todos son inofensivos... eso suponiendo que realmente se pueda considerar inofensivo a Hagrid, con esa fijación que tiene con los monstruos...

-No tengo sospechas de Madame Máxime y mucho menos de Hagrid —declaró Dumbledore sin perder la calma "Bien punto para Albus" — Y creo que tal vez seas tú el que tiene prejuicios, Cornelius.

¿Podríamos dejar esta discusión? —propuso Moody.

—Sí, sí, bajemos la voz — repuso Cornelius impaciente.

—No, no lo digo por eso —dijo Moody— Lo digo porque Potter quiere hablar contigo, Dumbledore, está esperando al otro lado de la puerta.

Se abrió la puerta del despacho.

-Hola, Potter — dijo Moody — Entra.

Ya en otra ocasión había estado en el despacho de Dumbledore: se trataba de una habitación circular, muy bonita, decorada con una hilera de retratos de anteriores directores de Hogwarts de ambos sexos, todos los cuales estaban profundamente dormidos. El pecho se les inflaba y desinflaba al respirar. Cornelius Fudge se hallaba junto al escritorio de Dumbledore, con sus habituales sombrero hongo de color verde lima y capa a rayas.

Volverte a ver (Harry y Hermione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora