〔 ⏳ 𝙿 𝚛 𝚘́ 𝚕 𝚘 𝚐 𝚘 ⌛ 〕

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PRÓLOGO.

Cúlpame. Ya no duermo pensando que yo te fallé, la soberbia se apoderó de mi madurez, las ganas de vivir yo ya las olvidé, ¡Por favor escúchame! —Otra vez. Techy Fatule.

El molesto pitido de la alarma de su celular sonaba con furia

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El molesto pitido de la alarma de su celular sonaba con furia. No hizo ningún efecto en él, no había pegado un solo ojo en la noche, sus ojos estaban rojos e hinchados y bajo ellos se extendían unas grandes bolsas negras que evidenciaban que no dormía bien hace meses.

—Bambam...—Escuchó a su mejor amigo desde la puerta, no se tomó la molestia de levantar la mirada, no porque no quería, más bien, no podía. Tenía los ánimos echado al suelo y simplemente no podía hacer nada. —Jackson llegará en una hora, creo que ya debes pararte de la cama. —Yugyeom ingresó a la habitación, apagó la fastidiosa alarma y se sentó junto a su amigo en la cama. —¿No dormiste, cierto? —El tailandés no respondió, tan solo abrazó una de sus almohadas. Yugyeom se percató de la inmensa cantidad de pañuelos sucios esparcidos por la cama, algunos habían caído al suelo. La bandeja de la cena estaba intacta en el mismo lugar que la dejó la noche anterior, también el tentempié de la mañana. —Debes comer algo, pero primero debes salir de la cama, ven, herví agua caliente para ti.

Kunpimook no deseaba levantarse, pero su mejor amigo logró sacarlo de la cama con tremenda facilidad a causa de su preocupante delgadez. En los últimos meses a penas había ingerido comida, Yugyeom estaba preocupado por su condición, aunque lo disimulaba para no abrumarlo más. Lo ayudó a desnudar y lo metió a la ducha mientras se iba a limpiar un poco la habitación y preparar el desayuno.

Al encontrarse solo, apoyó su cabeza contra la fría pared de la ducha y se echó a llorar. A ese punto no comprendía como su cuerpo seguía teniendo agua para botar por sus ojos, había llorado al menos cinco mares solo la noche anterior. Hoy oficiaría su divorcio. Siete años atrás le prometió a Choi Youngjae ser el mejor esposo, amante y confidente. Hoy, romperían su promesa ante la ley.

Su matrimonio fue una montaña rusa de emociones, en muchos momentos caían y en otros todo fluía, la realidad era que sin importar el momento ambos estaban allí para apoyarse y amarse mutuamente. Todo cambió un año atrás, cuando su relación comenzó a ir en picada, y sus charlas se convirtieron en peleas y sus su cariño se convirtió en frialdad. Sabía que era cuestión de tiempo para que la palabra divorcio saliera de la boca de alguno. Kunpimook se dijo que no sería él, y se aferró a la esperanza de que Youngjae pensaría lo mismo, y eventualmente volverían a ser un matrimonio feliz como al inicio. Para su desgracia, tres meses atrás su esposo le pidió hablar y pronunció esas palabras que tanto temía.

La lluvia golpeaba con ímpetu la ventana, la primavera había llegado hace un par de semanas, y con ella, un montón de aguaceros que obligaban a la mayoría a refugiarse en el calor de sus casas. Youngjae era uno de ellos, podía trabajar con tranquilidad desde su casa, al contrario de su esposo que debía salir cada mañana a al oficina y regresaba pasada las seis.

Ojalá ; youngbamWhere stories live. Discover now