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—¿PORQUE NO LE PUEDO DECIR A NADIE QUE ESTA VIVO?—Preguntó al aire, sabiendo que el Dios de las Profecías lo estaba escuchando—¡Están quemando su sudario y todo!
Apolo rió dulcemente escuchando las quejas de la rubia.
—El futuro es incierto y con cualquier cosa se puede alterar. Lo mejor es esperar que las cosas pasen y plantearles cara.
—Van a quedar como payasos cuando se den cuenta que esta vivo. A Clown. That's Clown shit.
Llamenla loca pedo se rió de su propio comentario, lo bueno es que todos estaban en el anfiteatro despidiendose de Percy.
—¿Porque me estas ayudando? Pensé que los dioses no podían intervenir en asuntos mortales.
—Eso es lo de menos, dulce Cora. ¿Has escuchado la profecía de los 7?
—¿Que?
Volvió a reír causando que la chica entrecerara los ojos observando el techo de la cabaña, como si el Dios estuviera volando sobre ella.
—Claramente no, si mi papi se entera que te dije eso me puede pulverizar, o peor aun, me puede convertir en un mortal. Pero es necesario, ¿que fue lo que te dijo exactamente el herrero?
Ella frunció el ceño mientras remomeraba las palabras dichas por el dios.
—Algo acerca de un monte.
—Monte Otris—aclaró—¿sabes que hay ahí verdad? O que habrá.
—El titan Críos, ¿Que con eso?
—Bueno, el monte Otris está relacionado con tu amado, de alguna forma.
Cora no podía ver la cara de Apolo pero estaba segura de que el dios estaba sonriendo.
—Igual todavía no lo puedes ver, la diosa no quiere que nadie interfiera con la profecía pero siempre hay excepciones—se aclaró la garganta y recitó:
Cora deberá Visitar el monte para conocer sobre el otro lugar.
—La última tiene más de cinco sílabas.
—Es igual, soy un maestro en los haikus—se halago.
Cuando la chica se iba a disponer a tener una charla mas profunda acerca sobre su dudosa habilidad del tema, la puerta de la cabaña de Hermes se abrió en un estruendo. Estaban en la entrada Annabeth, Quiron y Percy.
Sin ninguna explicación, Quiron la subió sobre su lomo y los tres fueron galopando hasta la Casa Grande.
Percy les explicó detalladamente que se había quedado varado en una isla y que Hefesto fue a salvarlo y agradecerlo por matar a todas esas bestias. Cora notó que en ningún momento menciono a Calipso.
