3. Acuario

50 11 19
                                    

Dentro de mi caja de recuerdos se encontraba un pequeño y gastado boleto, era la entrada a un acuario. Ese pequeño boleto un tanto rasgado de una esquina, amarillento ya por los años por supuesto lo recordaba muy bien. Pero había algo más que hacía falta...

Me acerqué a una de mis maletas que reposaba en mi cama y la abrí con cuidado. Adentro de ella, guardado recelosamente entre mis ropas se encontraba un muñeco de felpa algo sucio de un tiburón blanco.

— Hey, Jiromaru—le dije al muñeco en voz baja mientras lo tomaba con cariño entre mis manos—, espero te encuentres cómodo ahí, pero no queda más remedio que llevarte apretado entre mis cosas... De ninguna manera puedo dejarte aquí en Japón, tú vendrás a Londres conmigo.

Mi muñeco de tiburón, junto con el gastado boleto que sujetaba fuertemente en mi mano formaban parte del mismo recuerdo. Un recuerdo que nuevamente me hizo sonreír de una manera dulce involuntariamente ¿Cómo podría ser de otra forma si ese día comprendí que quería que Saburota formara parte de mi vida para siempre?

 Un recuerdo que nuevamente me hizo sonreír de una manera dulce involuntariamente ¿Cómo podría ser de otra forma si ese día comprendí que quería que Saburota formara parte de mi vida para siempre?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Después de lo acontecido en mi cumpleaños número seis, Saburota intentó volver a hablarme y jugar conmigo en numerosas ocasiones, sin embargo, yo siempre huía de él recelosa y cruelmente.

— Shira-chan... ¿por qué huyes de mí? ¿acaso no te agrado?

Recuerdo que me preguntó cierto día que nos encontramos por casualidad en el parque cerca del complejo de departamentos, ese mismo parque en donde nos habíamos conocido. Me observó con unos ojos llenos de dolor y frustración, jamás pensé que nunca nadie podría ponerse tan triste por mi culpa.

¿Qué si no me agradaba? Claro que no, era todo lo contrario. Su compañía era divertida, su enorme y traviesa sonrisa, de cierta forma, hacía que ese desagradable nudo que siempre sentía en mi pecho se desvaneciera por un momento.

Pero era por eso mismo, el que fuera una persona tan agradable y brillante, que no deseaba que estuviera al lado de alguien con una vida tan complicada como la mía, no me merecía tener un amigo como él. En ese entonces, cuando era un niño, ya estaba tan maltratado psicológicamente por Emiko que en verdad pensaba que todo lo que estaba mal con mi vida era mi culpa.

— Es mejor para ti que no te me acerques.

Le dije cuando me alejé de él con pasos apresurados. En verdad intenté como nunca antes que mi voz saliera lo más fría posible pero no lo logré, por el contrario, se captaba en ella una enorme sensación de frustración.

 En verdad intenté como nunca antes que mi voz saliera lo más fría posible pero no lo logré, por el contrario, se captaba en ella una enorme sensación de frustración

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Hasta que mi voz te alcance [Dororo AU]Where stories live. Discover now