Familia Bellows

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Ramón

Los espíritus malignos eran títeres de Sarah, aunque todos ellos fueron víctimas, el odió y el rencor los hizo actuar de manera incorrecta con personas inocentes cómo una vez lo fueron ellos. Es por eso que cuándo regresaron a cada uno de nuestros amigos, su esencia se liberaba, ya sea dejándose llevar por el viento, la luz, o simplemente desintegrándose para así tener esa paz tan añorada.

- Excelente análisis, pero sigo sin creer que nos quieran hacer volver a esa maldita casa. Me dijo Chuck alterado por la sóla mención de la casa de los Bellows.

- Entiendo su temor después de lo que les pasó, pero Ramón tiene razón. Es la única manera de cerrar este círculo de maldición. Le respondió Stella para hacerlo entender la importancia de volver a esa casa.

- Sólo una historia más, es lo único qué les pido después de eso todo volverá a ser como antes. Les dije para calmar su miedo de todos los presentes.

- Si accedemos, ¿Ya no habrá más historias? Me preguntó Tommy mucho ya más serio desde qué  lo regresamos de su tormento cómo espantapájaros con Harold.

- Ni una sola. Le respondí muy seguro, aún sabiendo el riesgo que corríamos todos al volver ahí.

No fue fácil convencerlos de volver a la casa de los Bellows para liberarlos, se entiende por lo ocurrido pero después de pensarlo todos elegimos ir, a pesar de que ellos fueron los causantes de todo ésto, pero también merecen tener paz después de tantos años de sufrimiento.

Honestamente esto de las historias ya me estaba hartando, pero como está sería la última mi molestia disminuía. Después de ésto no sabía que hacer, si regresar a mi lugar de origen aunque ya no tuviera nada ni nadie por quién volver desde que los perdí dos años atrás a lo restante de mi familia o quedarme en Mill Valley por un tiempo en lo que empezaba  una vida independiente.

En cuanto a Stella es fantástica y todo pero tiene un futuro prometedor como escritora y yo tengo otro estilo de vida. Además no sé si soy el tipo de persona que ella quiere a su lado, aunque por otro lado jamás sabré si no se lo pregunto.

Fuera de eso aprovecharía el tiempo qué me quedara en este pueblo, y con mis nuevos amigos por si me voy me quedo con los buenos recuerdos. Más tarde después de mi búsqueda de trabajo sin resultado volví a la casa de Stella a descansar, porque había sido un día muy largo aunque ya había hablado con el contratista y quedado en un acuerdo de iniciar el lunes con la construcción del centro comercial.

Llegué a la casa sin darme cuenta de que alguien estaba ahí.

- ¿ Papá eres tú? Preguntó Stella cuándo escucho la puerta abrirse.

- ¿Stella? Creí que estarías en la biblioteca. Le respondí sorprendido de encontrarla.

- Bueno pues hoy no quise escribir en el periódico de la escuela aparte quería despejar mi mente de todo este asunto de las historias. Me dijo ella un poco estresada por todo ese asunto.

- Te entiendo, yo estoy igual por eso salí a caminar para despejar mi mente de mounstros y maldiciones. Le respondí mientras me acercaba a ella ya que yo me sentía igual.

- Bueno entonces siéntate en el sillón, hay lugar para dos. Me dijo mientras me palmeaba el asiento disponible en el sillón. 

- Gracias Stella. Le respondí sentandome a su lado.

- Ramón ¿Qué planes tienes para el futuro? Me preguntó Stella.

- Pues en este momento todo es incierto para mí. Le respondí sinceramente ya que no estaba seguro de lo que me depararía el futuro.

- Ramón no digas eso recuerda que yo estoy aquí para ayudarte, cualquier cosa puedes contar conmigo. Me dijo Stella tomando mi mano mientras me miraba a los ojos.

- Lo sé Stella, eres muy importante para mí... Le dije poniéndome nervioso al final.

Después de sentarme en el sillón Stella se volteo para hablar conmigo, y entre platicas me siguió tomándome  de las manos, estaba decidido a declarar mis sentimientos por ella pero justo en ese momento llego su padre, quién nos interrumpo y ya no pudimos seguir platicando.

El resto del día transcurrió normal hasta que llegó la hora de la última historia, está vez Stella la leeria para ponerle fin de una vez por todas. Otra vez los dos pasamos a recoger a los demás chicos hasta que llegamos a la casa donde también llegó el shriff.

- Se ve igual de tenebrosa que la última vez. Dijo Auggie cuando llegamos a la espantosa casa.

- Quién diría que los rumores del centro de eran ciertos. Dijo Chuck mientras veía con asombro la casa.

- Escuchen,  necesito silencio y que estén quietos. Nos dijo Stella en un tono serio.

Familia Bellows

Todas las víctimas del año pasado estaban reunidos en el lugar de los hechos, los fantasmas fueron liberados al igual que Sarah, sólo quedaba el resto de su familia quien por miedo o ignorancia encerraron a la más joven de su familia convirtiéndola en un mounstro y así llevándola al suicidio. Pero no somos verdugos de nadie para juzgar porque todos merecemos perdón.

Así que todos los espíritus de los Bellows se hicieron presentes en la habitación quienes nos miraban con ojos acusadores esperando a atacarnos pero todos conocemos ya  la verdad, y no nos pueden hacer más así que vayanse y sean libres.

Se escucharon lamentos, gritos, la habitación quedó más oscura que nunca, y en un silencio sepulcral horrible.

- ¡Qué desgraciados! Se quejó Ruth.

- Ruth por favor más respeto. Le dijo Tommy,  cómo si el fuera el más serio de todos.

- La verdad yo esperaba un poco más de acción. Dijo Auggie un poco decepcionado.

- Si, pero que buen giro no creí que se arrepentirán después se toda una vida. Dijo Chuck él único animado del grupo.

- Por favor todos salgan de la casa ahora mismo. Nos ordenó el Sheriff mientras nos alumbraba con su lámpara el camino a la salida.

- Stella ¿Te encuentras bien? Le pregunté acercándome a ella ya que tenía muy mal semblante.

- Si lo estoy, pero el libro desapareció de mis manos, ¿Crees que ésto allá acabado? Me preguntó ella tratando de calmarse.

- Esperemos que si. Le respondí deseando que así fuera.

Estuvimos platicando un rato de todo esté asunto, después nos fuimos a nuestras respectivas casas para al fin descansar de todo este martirio de maldiciones.

Después de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora