capítulo veinte

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El camino de vuelta a casa estaba siendo más largo de lo normal para San

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El camino de vuelta a casa estaba siendo más largo de lo normal para San. Su cabeza era un lío y aún le retumbaban las palabras de su mejor amigo. ¿Por qué mierda tuvo que decir eso? 

San admitía que había tenido una relación atípica con Wooyoung desde que se conocieron, incluso lo había discutido con él, habían resuelto sus diferencias y ahora eran amigos. San se dio cuenta rápidamente de la gran persona que era el menor, de lo gracioso y atento que era. Realmente no podía pensar en una mala cualidad del chico (salvo, quizás, su tendencia a hablar de más, pero era más adorable que mala así que no cuenta). Incluso cuando él no se sentía del todo cómodo con Wooyoung, el menor siempre lo trató con respeto y se preocupó por él. Tal vez era algo pronto, pero adoraba mucho a Wooyoung... como amigo... ¿De qué sentimientos hablaba Mingi, entonces? 

Al recordar las palabras de su amigo, se extendía la furia en su interior aún más. ¿Cómo podía siquiera insinuar eso? Sabiendo lo que había pasado San. Sabiendo la relación que tuvo con Yeji. Habían pasado apenas más de dos meses de su muerte, ¿cómo podía suponer que él sintiera algo por otra persona? Tenía muchas ganas de darse la vuelta, volver al departamento y gritarle lo que pensaba a Mingi. 

El jamás sentiría algo por otra persona...

¿No?

Se le revolvía el estómago al solo pensar en estar con otra persona. Al pensar en besar otros labios o acariciar otra piel... al pensar en amar otra vez. ¿Cómo podría evitarlo? Él se había comprometido de por vida con Yeji, aunque no hubiera anillo ni propuestas en el medio. Él tenía un plan a futuro y ese plan la incluía a ella, aunque más que ser una protagonista, Yeji era uno de los pilares de su plan. ¿Cómo podría seguir adelante, ahora que no estaba? No sabía la respuesta a eso, todavía tenía que resolverlo, pero él no pensaba traicionar a Yeji.

Sin embargo, algunos recuerdos comenzaron a reproducirse en su cabeza y ponían a prueba su determinación. La vez en casa de Yunho que Wooyoung accidentalmente lo golpeó, por ejemplo. San aún recordaba la preocupación en los ojos del menor ―claro, si los había tenido tan cerca que hasta pudo ver su propio reflejo en ellos―, recordaba el cuidado con el que había tomado su rostro entre sus manos. Ese había sido el momento en el que sintió por primera vez  ese cosquilleo en su interior y sintió miedo, pero decidió ignorarlo.

El día que fue a su casa fue la segunda vez que lo sintió, el día que finalmente se abrió a él y le contó sobre Yeji. Odiaba llorar frente a los demás, realmente lo odiaba, pero en ese momento ni siquiera lo pensó antes de derramar las lágrimas que de cualquier manera no iba a poder contener. Fue cuando Wooyoung se acercó a él y lo sostuvo, con tanto cuidado y sentimiento. Cuando lo abrazó y no dijo absolutamente nada, mas entendió todo. El cosquilleo fue más fuerte esa vez, sin embargo, se obligó a ignorarlo otra vez.

Aunque el día del cumpleaños de Wooyoung fue imposible ignorarlo. El menor se veía tan bien, su sonrisa era más contagiosa que de costumbre. Al verlo bailar y reír, él se sintió tan... libre y feliz. En un momento pensó en acercarse y tenerlo entre sus brazos, porque ya conocía la calidez de su tacto y en ese momento quiso sentirla otra vez. Luego, el beso. Estaba muy consciente de sus acciones ese día. Si bien le atribuía la culpa al alcohol por ellas, no habían significado nada para él... ¿no? No era como si se arrepintiera, pues no creía que el menor fuera a pensar mucho de un simple e inocente beso, ¿no? 

AGAIN; woosanWhere stories live. Discover now