Capítulo 3

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Yoongi gritó.

Fuego lamía cada centímetro de su piel como si sus huesos estuviesen siendo pelados por un hierro candente. Gritó de agonía y luchó, golpeando a quien quiera que estuviese intentando matarle.

—Calla, cachorro.

La voz, áspera y desigual, centró a Yoongi como nada más podía. Se inclinó hacia adelante, la profunda cadencia calmándose. Había fuerza en ese tono de voz, algo que su lobo entendía y buscaba. No luchó cuando agua fue vertida sobre su piel, pero no pudo contener sus gritos. El dolor era demasiado grande, demasiado intenso. Y Yoongi nunca profesó ser valiente. Era un pollo hasta su pequeño corazón emplumado.

—Eso es, cachorro. —El extraño habló en un raro pero gentil tono de voz, casi como si no estuviese acostumbrado a hablar tan suavemente.

Dios, esa voz. Necesitaba escuchar más de esa voz. Necesitaba rodar en ella, bañarse en ella, y ahogarse en ella. La necesitaba para hundirse en sus huesos y calmar su maltratada alma.

—¿Puedes cambiar para mí?

¿Podía cambiar?

—Necesitas intentarlo y cambiar si puedes —alentó la profunda voz de whisky—. Sanarás más rápido.

Era obvio que quien fuera que le estaba sosteniendo sabía que era un shifter.

—Du-duele. —Su ronco susurro se abrió camino en el aire.

—Lo sé —contestó el desconocido. Yoongi sintió una tranquilizante mano moverse a través de su cabello—. Estás en bastante mal estado.

—¿Qu-qué...? —preguntó en un débil y trémulo susurro.

—Te encontré en el bosque. Estabas inconsciente, sangrando. Te traje aquí porque pensé que llevarte a un hospital humano no sería una buena idea.

Yoongi quiso reír. Estaba asustado.

—Tienes profundas laceraciones en ambos lados de tu pecho, varios moretones en tu rostro, y una gran contusión en la cabeza. —Hubo silencio durante un momento, la falta de sonido intensa, presionando a Yoongi—. Hay moretones alrededor de tu área genital. No puedo decir si algo está roto o no, pero... se ve mal, cachorro. Quien quiera que hizo esto realmente quería que sufrieses.

Sufrir era una palabra suave para el infierno en que estaba Yoongi.

Sabía que había sobrevivido –esta vez– porque su cabeza aún estaba unida a sus hombros. Pero iba a sufrir mucho más antes que hubiese sanado.

—¿Hay alguien a quien pueda llamar por ti?

Yoongi sollozó y comenzó a luchar. No había nadie a quien llamar. No quería que nadie supiese donde estaba. No que supiese dónde estaba, pero aún...

—Calla, cachorro, calla. —Las palabras rodaron sobre Yoongi como una cálida manta—. Aquí estás a salvo. No permitiré que nada te suceda.

Yoongi no sabía por qué creyó al extraño, pero lo hizo.—¿Quién?

—Puedes llamarme Jimin.

Dios, Yoongi deseaba poder verle. Quería poner un rostro a la profunda y sexy voz. Sus hinchados ojos impedían eso. Apenas podía ver, y lo que podía ver sólo era de aspecto borroso. Pero maldición, realmente se veía como un gran borrón.

—Yoongi.

—¿Tu nombre es Yoongi ? —Hubo un poco de diversión mezclada con la sorpresa en el tono de voz del hombre. La gente se había estado riendo de su nombre toda su vida. Yoongi estaba acostumbrado a eso.

→Yoongi & Papa Oso-Jimsu|◆|Where stories live. Discover now