Revenge [Jimin y Tú]

Chapter.5 [Un Beso]

Adam me cargó toscamente y me tiro en el colchón que estaba antes.

- No debiste escaparte, perra -me tiro la cobija en la cara-.

Me miro una vez más y se fue, cerrando la puerta fuerte.

Lloré, no sabía porque había fracasado. Desde ahora, no confiare en nadie.

Asi pase la noche, con frío y con solo una cobija, las esposas apretaban más mis muñecas y eso ardía.

En eso, entran los tres chicos, a vigilarme cada un segundo, es patético.

- Vallanse! Me quedaré aqui -dijo Adam-.

Cesar sonrió y se fue con Jimin. Adam se acercaba a mí, lentamente. Yo retrocedi un poco.

- No te voy a violar -río- Mirate, estas hecha una mierda -se arrodillo a mi costado- Das asco, perra -sonrió- Hasta ahora, nose porque te seguimos teniendo aqui.

Todas las palabras me herían más de lo que estaba. No controle mis impulsos y le dí una cachetada con las fuerzas que me quedaba.

- ¿Te gusta tocarme no? -dijo y se subió encima mio-.

Se sentó como si fuera una silla, y me empezó a golpear, en el estómago, luego me dio unos puñetasos en la cara y la sangre no tardo en salir. Lloraba y lloraba pero no debí mostrarme débil ante ese hijo de puta.

Él paro de lastimarme y se puso de pie.

- ¿Eso no te dolió? Ya verás mañana, te harán doler más -río y se fue-.

¿A que se refería? Me mataran? Que me va ha suceder? No dejaba de pensar.

Estaba muy nerviosa, no pude dormir toda la noche, asi que las ojeras aparecieron.

[Jimin]

Desperté en el sofá de Cesar, me levanté y oí hablar a los chicos.

Me asomé a la puerta y empecé a escuchar.

- ¿Que haremos con ella? -dijo Cesar-.

- Mañana viene tu padre -rieron- Ya sabes lo que le pasará.

- Luego la enterraremos y listo -dijo Cesar y rieron-.

Yo entre de golpe a la cocina.

- Él la lastimará más de lo que está! -exclame-.

Adam agarro un trapo mojado y me lo tiro.

- Anda lava la cara de tu noviesita, anda! -dijo Adam-.

- Idiotas -dije en voz baja-.

Bajé hacia  sótano y me acerqué a ella.

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Me asuste, pensaba que me haría algo, estaba muy aterrada.

- Tranquila, yo no te haré nada -sonrió- Solo dejame lavarte la cara.

Yo moví mi cabeza para afirmar, Jimin se arrodilllo y empezó a lavar mi cara cuidadosamente.

Ya me imaginaba cuantas marcas tendrá mi cara.

- Listo -sonrió-.

- Gr-Gracias -dije ronca-.

Jimin empezó a tocar mi mejilla, la acariciaba lentamente.

- ¿Que ha-haces? -dije-.

- Lo siento, lo siento -dijo levantandose-.

Yo agarre su brazo antes de que se levantará por completo. Él se quedo mirandome a los ojos, al igual que yo. Giro la mirada hacía la puerta y luego la devolvió a mí, se acercaba lentamente y me besó. Yo no sabía que hacer, movía lentamente mis labios ya que me dolían un poco, pero con ese beso, el dolor desapareció. Él me comió por completo, yo quería poner mis brazos en sus hombros pero las esposas no me lo permitían.