Capítulo XIV

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(Morioh, Japón, 1999)

Mientras la mayoría de personas tenía planeado el retorno a sus hogares debido al término de su horario laboral, había una persona en la ciudad que era la excepción. Un hombre de 28 años con una estatura cercana a los dos metros y que se dedica su vida a estudiar la vida marítima, curiosamente más que el cuidar a su propia hija de 7 años, se encontraba acomodando las cosas de la habitación rentada del hotel en el que se hospedaba, 

¿El motivo?

"Anciano, apúrate de una vez, solo te estoy esperando a ti y a Shizuka" Aquel hombre exclamó en un tono en el que pudiera mantenerse calmado.

"¡Ya estoy!" El viejo hombre de nombre Joseph respondió una vez que salió del dormitorio junto con una pequeña niña llena de ropa entre sus brazos.

"¿De verdad era necesaria tanta ropa? ¿No pudiste hacer algo más simple?" El hombre de apellido Kujo cuestionó casi fanfarroneando al ver a la niña en los brazos de su abuelo.

"Venga Jotaro, ¿Quieres que pase lo de la otra vez?" El americano cuestionó al recordarle el incidente que experimentaron por culpa del peculiar stand de aquella fémina, o al menos lo que él le contó.

"Dame un maldito respiro"

Una vez que los tres salieron de la habitación (siendo los primeros el mayor y su hija adoptiva), Jotaro cerró la puerta del lugar con seguro, cersiorandose varias veces de que no estuviese abierta y que alguien pudiese descubrir su investigación, aunque evidentemente aquello no pasó.

"¿A dónde quieres ir?" El pelinegro le preguntó a su antecesor mientras esperaba a que el Joestar se acercase a él.

"¿Qué te parece si vamos a comprar algo para la niña? Tal vez este hambrienta" Joseph sugirió al ver que su hija adoptiva estaba un tanto más inquieta de lo usual.

"Si, como sea, yo te sigo a donde sea que quieras ir a comprar la comida"

Al término de su corta conversación, los dos descendieron del piso en el que se encontraban por medio del ascensor que se encontraba completamente vacío al igual que la propia conversación que ahora se había tornado inexistente. Ninguno intercambio ninguna palabra en lo que el objeto los llevaba hasta la sala principal, los dos optaban por solo escuchar la música del elevador que parecía agradarle a una Shizuka que movía sus manos juguetonamente mientras soltaba unas cuantas risas.

¡Ding!

Luego de aquel tiempo en silencio entre los dos hombres, la puerta del elevador se abrió en compañía de un clásico sonido bastante cliché.

El primero en salir fue Jotaro, quien parecía encontrarse molesto por algún motivo, o al menos eso era lo que parecía ser desde los ya demacrados ojos del viejo Joseph, pero en realidad no era por eso, al menos no del todo. Lo que no sabía del todo era lo que su nieto tenía que sacrificar para poder estar aquí, justamente el no poder ver a la persona que más le importa en su vida..., y también por un segundo motivo.

"Se que no es de mi importancia, pero..., ¿Te sucede algo Jotaro?" Joseph preguntó a su familiar mientras que sus delicadas manos trataban de dormir a Shizuka.

Sin contestar a la pregunta que le hizo su abuelo, tanto el cuestionado como Joseph cruzaron por la puerta automática hecha de cristal que les daba el paso del hotel a la ciudad mientras que la recepcionista se despedía del biólogo marino de manera alegre, sin soltar su mirada del rostro de aquel hombre.

Pero aquello poco le importó al japonés, si es que de casualidad se había percatado de lo que había hecho la mujer, su mente estaba demasiada distraída en materializar en dos personas, una por la que se disponía a seguir viviendo día a día para poder otorgarle un mundo sin la basura que el tenía que vivir.., y por otra parte se encontraba el de un joven que ya no se encontraba con ellos desde hace ya un buen tiempo, pero que su mente no podía olvidarlo, aunque tampoco es que quisiese hacerlo.

JJBA: Lost in LegacyWhere stories live. Discover now