Ante la confesión del menor; Conway solo había quedado atónito. No tardó mucho en tomarlo de las mejillas y besarlo apasionadamente siendo correspondido al instante.
—Te quiero, en serio lo hago —murmuró este en los labios de su novio.
—Puedes confiar en que yo te quiero aún más —sonrió Gustabo volviendo a besarlo.
Tras una sesión de besos y cursiladas por parte del menor, Jack borró su sonrisa y se aclaró la garganta.
—Gustabo...
—Dime.
—Tengo que contarte algo.
La situación había pasa de cien a cero en un minuto. El rubio se separó de los brazos de su pareja rápidamente y lo miró preocupado.
—¿Qué es?
—Es...algo que pasó hace mucho tiempo.
—Está bien, puedes contarme —la mano de Gustabo buscó la suya entrelazándolas y dejando caricias sobre esta. Jack suspiró.
—Mi nombre no es Jack Conway.
—¿Qué?
El mayor negó con la cabeza.
—¿Cómo es tu nombre? —preguntó el ojiazul aumentando el agarre en su mano.
—No lo sé —lo miró—. Tuve veinte jodidas identidades a lo largo de toda mi vida. Nadie sabe mi verdadero nombre. No tengo padres a quienes consultárselo, ni si quiera sé quiénes son mis padres. Convivo con la creencia constante de que yo mismo los maté.
La mirada de Jack estaba perdida entre las luces de la ciudad, mientras que el rubio lo miraba con conmoción.
—Antes de conocerte, de entrar al cuerpo y toda esa mierda; pertenecía al ejército militar, no es algo que no se sepa en la ciudad. Aun así, fui entrenado exclusivamente para matar y tras ese tiempo en guerras, vi caer a cada uno de mis compañeros, poco a poco, uno por uno. Eran mis camaradas, ¿sabes?
El menor asintió.
—Pasó el tiempo, el dolor seguía ahí presente, todos los jodidos días de mi vida atormentándome a cada paso que daba. Hasta que conocí a Julia.
Gustabo solo se mantenía en silencio y sintiendo el dolor en las palabras de su novio.
—Julia fue la mujer más valiente que conocí en mi vida —sonrió—. Fue mi esposa, se lo había pedido, es decir ¿Qué clase de hombre podría no estar con Julia? Era simplemente perfecta.
Su mirada se encontraba perdida y de sus ojos comenzaron a caer las primeras lágrimas haciendo que el corazón del menor se encogiera.
—Nos casamos en una playa, recuerdo...recuerdo que nos habíamos caído en el mar, mojando nuestra vestimenta de marido y mujer—rio vagamente ante el flashback—, la gente nos miraba como si estuviéramos locos, pero que más nos daba, era nuestra boda.
Gustabo sonrió consternado al escuchar la historia y la angustia que estaba plasmada en el rostro de Conway.
—A los dos años de casados, Julia me dice que voy a ser padre y te puedo jurar por ellos, que nunca me sentí tan completo en toda mi vida de mierda.
Las lágrimas habían disipado, pero, aun así, la tristeza no parecía irse de sus palabras.
—Los pequeños Dani y Maty fueron la alegría de mi vida. Todo el dolor comenzaba a desparecer, todos esos traumas, esas pesadillas y noches de insomnio comenzaron a esfumarse. Pero, claro, el hijo de puta de allí arriba —señaló el cielo—. No me quería ver feliz.
Un silencio se hizo presente.
—¿De qué hablas? —cuestionó Gustabo
—Un día llegue a casa después de trabajar —su mirada se ensombreció generándole escalofríos al pequeño—. Esperaba ver a Julia haciendo la cena con la ayuda de los niños como era de costumbre. Pero no fue así —su voz comenzó a quebrarse—. La puerta estaba abierta y parecía que la cerradura fue forzada. Entré desesperado y me encontré con...
Sus lágrimas cayeron entrando a su boca, sorbió su nariz y pasó su antebrazo en sus pómulos, quitándolas.
—Julia estaba allí, junto a los niños, con la excepción de que estaban muertos.
Gustabo cubrió su boca ahogando un sollozo y miró apenado a Conway. Sin resistir mucho más, lo envolvió con sus brazos haciendo que, por primera vez, el mayor se descargara en llanto junto a él.
Quien sabe el tiempo que estuvieron así, simplemente acompañándose uno al otro.
El rubio se separó de su novio y lo tomó por las mejillas.
—No importa cuántas identidades hayas tenido, para mí siempre serás Jack Conway, el hombre que me ayudó a superar mis problemas parentales. Eres Jack Conway, el hombre que daría su propia vida por ver bien a los suyos. No me importa quien fuiste en tu pasado, importa que mantengas presente en tu vida la viva imagen de Julia y de tus hijos. Importa que tuviste la valentía de contarlo y de seguir adelante a pesar de todo. Me permitiste entrar a tu vida, que Volkov, Ivanov y hasta Horacio entrara en tu vida, permitiste que toda tu malla entrara en ella a pesar del temor de perderlos. Eso es lo que importa, que eres la persona más valiente que conocí jamás.
Las palabras de Gustabo resonaron en su cabeza.
—Tú no sabes las veces que desee morir —susurró Conway.
—Pero aquí estas, Jack. Estás frente a mí. No importa las veces que caíste, importa las veces que te levantaste a pesar del dolor que sentías al hacerlo. Estas aquí y ni yo, ni nadie de las personas que te rodean, vamos a permitir que vuelvas a caer.
No supo que decir; la madurez de Gustabo siempre había sido algo que admiraba, pero está vez, esa madurez, había sobrepasado los niveles.
—Eres jodidamente increíble Gustabo, y no sé qué coño tienen tus palabras para generar ese impacto en mí, pero lo hacen.
—Te prometo que nunca más estarás solo.
El menor lo besó, y solo eso bastó para cerrar una etapa en la vida de Conway. Quería a Gustabo, e iba a hacer lo imposible por dejar atrás esos demonios del pasado y, estando a su lado, darle la vida feliz que se merecía.
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bueno bueno,, fue un capitulo más 'de chill' pero creo que valía la pena hacerlo para que por fin conway le abra su corazón a gustabin <33
[editado] me di cuenta que no aclaré que lo de playa no era verdad, es solo una imaginación mía y CREO que Conway no los encontró en su casa fallecidos, no lo sé, disculpen :)
supongo que más tarde habrá otra actuación, o quizá ahora quien sabe ahre, pero lo seguro es que la va haber. besitos <3
