Los Deseos De Winter

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Tony sabe perfectamente qué hacer, lo sabe, lo puede leer en los ojos exigentes del soldado, aún así le resulta extremadamente difícil creer que lo vaya a ejecutar para gusto ajeno; él que se considera de espíritu indomable se ve doblegado por los deseos de un descolocado Asset.
Se cruza de brazos, niega con la cabeza y voltea a ver la mesa escalofriantemente bien adaptada para la perversión que el soldado le está exigiendo cumplir. Baja la mirada, se mordisquea los labios, vuelve a mirarlo y entonces lo sabe, esos ojos le están advirtiendo que no es una broma. Deshace sus manos lentamente para desabotonar su camisa, lento, conoce a Asset y sabe que le gusta de ese modo. Sube a la mesa donde se arrodilla enfrentando al culpable de esa retorcida y excitante experiencia porque Tony no va a negar que le gusta, le encanta que el soldado tenga ese poder sobre el y por sobre todo, obedecer sus histéricas órdenes de celópata peligroso. Ni siquiera sabe en qué momento de la historia las cosas cambiaron a ese modo, un juego lujurioso donde el se convirtió en objeto de deseos oscuros y complacientes para el ex asesino de sus padres, mismo hombre que acepto ayudar cuando supo que las terapias recibidas en Wakanda no surtían efecto en el trastornado soldado. Eso y el hecho de que Shuri no sabía que hacer al respecto; entonces Tony se dijo "¿qué podría ser lo peor que puede pasar?" sin siquiera imaginarse que las verdaderas pesadillas aveces ocurren cuando estás despierto. Porqué en el fondo Tony sabía que el rencor era corrosivo y lo odiaba, por eso y por mucho más quiso torcer tan solo un poco su camino, quizás fue esa la razón por la cual aceptó tender una mano al susodicho esa tarde en la que lo observó en un estado deplorable, con la mirada perdida, apagada, lo recordaba a él y sus épocas donde hacer el bien estaba lejos de sus más remotos pensamientos.
Y ahora todo se reducía a eso, y Tony no estaba seguro si era bueno o malo.
Con el paso del tiempo Asset, como decidió apodarlo, fue ganando confianza, rasgando un poco el caparazón duro que lo rodeaba, ablandando un poco el carácter rígido que predominaba en el, demostrando un poco de humanidad detrás de tanto sufrimiento. Sin embargo, todo ese avance pareció irse al caño la misma noche en la que Tony aceptó que el soldado le gustaba más allá de un simple apoyo mutuo, ahí fue que las cosas se desequilibraron, y eso hacía que estuviesen en esa posición justo ahora.
Barnes estaba celoso, no solo eso, hervía en ellos porque no soportaba ver a Stark haciendo nada para nadie más que no fuese él mismo, su modo de desvivirse por los demás y que al final del día estuviese solo, descuidado, comiendo mal y durmiendo del mismo modo le estaban enfermando, no podía pero por sobre todo no quería verlo así.
Decidió hacer algo por cuenta propia y eso fue tomar las riendas del problema, porque para Winter todos alrededor del genio lo eran; personas malas que solo veían al moreno como un beneficio, uno que debía ser solo suyo, y él se encargaría de hacérselo saber. En esos segundos en los que Tony se desviste, Winter parece no respirar, observando fijamente a su presa, como la mirilla de un francotirador observa a su víctima, segundos claves.
Lo observa quitarse los pantalones haciendo ese sensual baile que le pidió para espectáculo y deleite suyo.
Lo observa preparándose, jugando consigo mismo porque sabe muy pronto tendrá al soldado dentro y si se le apetece será bueno.
Lo examina, viéndolo jadear, escuchándolo gemir su nombre en medio de un éxtasis que pronto alcanzará bajo su atenta mirada.
Entonces levanta la mano derecha, indicándole que deje de masturbarse porque no tiene permitido llegar sin tenerlo a él dentro.
Al fin se decide a levantarse de su sitio, y Tony tiembla al verlo acercarse, tomar la fusta, está echo un desastre sobre la mesa, con los ojos apretados y las mejillas bañadas en lágrimas.
—¿que dice, señor? ¿Quiere otra visita de Strange?—
Pregunta seriamente, antes de levantar el objeto en su mano y dejarlo caer en uno de los muslos del moreno.
Este lloriquea, se retuerce y vuelve a gemir, el dolor recorre sus nervios pero también el placer por culpa del vibrador dentro suyo apretando con saña su próstata. ¿Cuánto tiempo lleva sufriendo de ese modo? Tres horas, tal vez cuatro, horas en las que no se le es permitido correrse hasta que los deseos de Winter estén saciados.
Engancha las manos del moreno sobre su cabeza y las ata, con una tela negra que él mismo escogió para que no hicieran daño la piel del tesoro que era Tony para él. Finalmente decide besarlo, ya no puede soportar otro segundo sin probar su piel, hundirse en su apretado interior y llenarlo para marcarlo como suyo, completa y absolutamente suyo. No se toma el tiempo de quitarse absolutamente nada de lo que lleva puesto, sólo se baja el cierre, deja salir su erección y la alinea en la entrada del genio.
Tony abre los ojos, se exalta, el vibrado aún está dentro y se lo quiere hacer saber pero es tarde, el soldado de una sola y limpia estocada se hunde en el y eso es todo. El anillo alrededor de su pene evita que pueda venirse pero eso no impide que obtenga un orgasmo seco que golpea todo su cuerpo en oleadas de placer que parece le arrebatarán la conciencia en cualquier momento; arquea la espalda, muerde sus labios, recibe los besos exigentes del ex sargento, rodea las caderas ajenas con sus piernas y nuevamente gime, casi en un grito porque los golpes en su interior realmente van a quebrar su poca cordura.
Escucha a Asset murmurar algo pero no entiende, solo asiente, la bruma de placer es tanta que le nubla la visión y estropea sus oídos.
Se deja follar, admite que es su perra una y otra vez hasta que Winter se derrama dentro suyo, entonces es bueno y retira el anillo apretado de la virilidad ajena, lo deja correrse en el mejor orgasmo que jamás ha podido tocar y pierde la conciencia.
Es suyo, lo sabe, así lo quiere y jamás podría arrepentirse de ello.

One - Shot (Winteriron- Ironstrange) Where stories live. Discover now