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Habían escapado con éxito.

Tal vez no era una hazaña para presumir ni reírse, tal vez tampoco fue para tanta exageración y Conway simplemente se le habían dado las repentinas ganas de dispararle a su comisario en un brazo porque le había 'faltado al respeto'. Tal vez no deberían estar en medio de una carretera en el norte de la ciudad a más de cien kilómetros por hora mientras se gritaban fraces incoherentes y risitas mal disimuladas. Tal vez no debió raptar de esa forma tan descarada a Nikolai.

Pero lo había hecho.

Le había dado (gritado) una excusa a su superintendente mientras los nervios corrían por sus venas y se alojaban en su vientre, haciéndole más torpe y callado, sus manos se pusieron húmedas debajo de los guantes junto a su manzana de adán subiendo por su garganta, y huyó entre tropezones junto al alumno aún confundido al son de un «¡iré a patrullar con Nikolai ahora, no puedo dejar mi trabajo por esto!».

Su boca tenía las comisuras curvadas ligeramente hacia arriba, sus ojos bien fijados en la carretera y sus manos al volante, su espalda pegada al asiento y sus dedos repiqueteando sobre la palanca de velocidad, pero debajo de esa fachada se seguía riendo de la cara de los uniformados que lo habían presenciado todo y las expresiones en ruso del que ahora tenía a su lado.

─ Conway se va a poner como una cabra ─el alumno a su lago negó con la cabeza, porque además de ser vilmente secuestrado por su superior, no era que Conway y él se llevasen tan de rositas como para huir de su trabajo sin esperar las consecuencias. (aunque en el fondo Nikolai se preguntaba si es que al menos ese viejo cara de amargado se llevaba bien con alguien de la cuidad).

Volkov se encogió de hombros (porque sabía que aunque Conway lo degradarse en cuestión de días volvería a ser su mano derecha) y aparcó en medio de una llanura árida y silenciosa, llena de bruma y polvo levantándose. El motor de los autos pasando por la larga carretera de camino a la ciudad era el único sonido que se escuchaba en kilómetros a la redonda. Después de eso, sólo habían pocos árboles meciéndose en el seco aire y los hierbajos más rebeldes creciendo en el desierto casi despoblado. Los locales estaban la mayoría cerrados y pocos metros lejos de ellos, el único abierto, era un bar de motociclistas de fachada blanca y palmeras para descansar del gigante caliente.

Ambos bajaron del auto y se recargaron en el toldo, mirando como la gente de provincia iba y venía con ropas holgadas y piel sudorosa por el fuerte sol que colgaba del cielo, calentando el pavimento y derritiendo los climas fríos a los que ambos oficiales estaban acostumbrados, haciéndolos sudar ligeramente.

─ Si no te conociera, hasta diría que me trajiste aquí para matarme y echar mi cadáver en los matorrales ─Nikolai soltó una risita, pero Volkov se mantuvo serio, hundido en su miseria y volviendo a su mirada tan intimidante─. ¿Hay algo que te preocupe?

Después de lo que pareció una infinidad de silencio, se atrevió a responder con una pregunta que descolocó de su usual conformismo al rubio y le hizo removerse incómodo. Nikolai era amable y respondía ante cualquier duda, pero además de Yuu, no habían muchas personas con las que hubiera compartido parte de su vida en Rusia.

─ ¿Cuántos años viviste en Rusia?

─ ah... No lo recuerdo con totalidad, tal vez fue hasta mi adolescencia... ¿Hay algo en particular para preguntar sobre eso?

─ ¿alguna vez escuchaste sobre una enfermedad de flores en la garganta? ─Volkov siempre había sido directo, pero que mencionase algo tan extraño de pronto hizo a Petrov ponerse ligeramente nervioso.

Escarbó entre sus corrohidas memorias, frunciendo su entrecejo y olvidando que solía mantener el rostro sereno y animado para sus amigos. De pequeño, su madre solía cantarle canciones de cuna ucraniana y leerle cuentos chinos viejos y olvidados, ya que vivían en una zona donde los inmigrantes eran muy usuales y siempre mezclaban historias para los menores de mucha imaginación. Solía recordar a una vieja del lugar donde vivía que conocía todas las plantas del mundo (en realidad no eran muchas, pero para el pequeño Nikolai conocer más de veinte flores ya era todo un mundo fuera de su alcance).

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2020 ⏰

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Flores En Un Frío Invierno   ❆•̩̩͙ ✩ •̩̩͙Volkway•̩̩͙ ✩ •̩̩͙❆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora