TACITA DE PLATA

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Extraño el cálido y frío Jujuy
con sus cerros de colores como si fueran arcoíris pintados a mano
como si la noche tiritara de frío en sus montes helados
como si el sol matutino irradiara bondad y felicidad en sus habitantes.

Quisiera volver a ese lugar donde pude conocer el silencio
donde oí historias de nuestros aborígenes honorables que lucharon hasta el final por su pueblo.

Me es difícil explicar la tranquilidad infinita que se esconde en sus horizontes
como aquel atardecer perdido en un viaje de seis o siete horas
aquella agua que encontré congelada con la ausencia del sol
y mi campera que temblaba con la presencia del viento.

Yo, en cambio, estaba tranquilo
tan inmutable frente a esa plaza congelada
a esos ponchos colgando e intentando seducirme para cubrirme de aquella frígida tarde-noche
a su chocolate caliente y espeso que me hacía volver a revivir
a esas llamas que dejaba atrás y por poco me lanzaban un escupitajo pidiendo auxilio
con sus cactus y sus estatuas enormes de cactus que uno no podía evitar sentirse diminuto
con su gran salar y sus aguas cristalinas donde yo miraba y hablaba conmigo mismo
aunque escuchara voces quebradas entre mi garganta montañosa y estrecha.

¡Qué hermosura haberte conocido!
estás rodeada de bellos paisajes y de postales increíbles
sos como una tacita que guarda dentro sus mejores perfecciones
claro que sí, sos una perfección, cálido y frío Jujuy.

Otoño en cuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora