Para Samantha Müller ser la CEO de un imperio rodeado de hombres, no le a traído más que una montaña rusa de luchas y sacrificios, que la han vuelto un ser impenetrable, donde cada segundo de su vida está planificado de manera minuciosa.
Una llamada...
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X. ACLARACIÓN.
—Esto es una completa...
—¿Locura?.
Niega. —Ni siquiera esa palabra define lo que está pasando.
—¿Que quieres decir?.
Asher enderezó su columna, quedando de frente con Samantha, estaba molesto y sorprendido por el arrebato de su sobrina, pero además de eso, tenía dudas y no dejaría a su sobrina libre hasta que las aclarará.
—Tú no has querido volver a este lugar durante 5 años. —recalco—. Y durante el funeral, apareces sorpresivamente por una petición de esa familia. Has estado extraña, por no decir distraída. Pero lo que a terminado de coronar todo es despertar una mañana y ver a mi sobrina en los periódicos besándote —Asher paso una mano por su cabello— con él.
Asher no dudo en agravar su voz cuando dijo él, como si fuera algo prohibido. En realidad si era prohibido.
Las mujeres extranjeras no estaban permitidas para gobernantes, en algún momento esa regla se empezó a pasar por alto, y luego, hubieron más bodas con extranjeras de las que conoció.
Azahara y Emilia eran esposas musulmanas, y por lo visto seguirían siendo las únicas.
—Lo siento. —Samantha murmuró por enésima vez una disculpa, odiaba decir palabras comunes en situaciones como está, pero no diría los verdaderos motivos de sus nupcias—. Debí decírtelo antes, pero sabía que no te lo tomarías de la mejor manera.
Asher exhaló fuertemente antes de tomar las manos de su sobrina. —Me preocupó por ti Samantha, lo último que deseo es que sufras, ya has pasado por mucho. Tal vez me he excedido...
—¿Tal vez?. —Samantha levantó una ceja—. Has invadido propiedad ajena —se agachó para susurrar—. Y de paso lo has agredido.
Asher forjó una diminuta sonrisa y no contradijo. —¿No crees que debes esperar más? Por lo menos a estar segura de lo que sientes, siento que es muy precipitado.
Samantha negó, el acuerdo dejaba el tiempo específico para las nupcias, pero no quería hacer explotar a su tío con los verdaderos motivos. Ella suspiró y apretó sus manos, dejando que las palabras salieran de su boca con tranquilidad, sin que el notará lo tensa que se encontraba.
—Hemos tomado esa decisión, como ya lo dijo, no vamos a retrasar ninguno de los planes. Cuando se quiere a alguien el tiempo es lo último en que piensas, tu puedes saberlo mejor que nadie.
—¿Lo amas?. —Asher soltó la pregunta morado fijamente su iris azul claro, unos ojos que dislumbraba a cualquiera que le rodeara—. Quiero la verdad.
Por un minuto desvió la mirada, debatiéndose en si hablar o quedar con la pregunta en el aire, solo habían dos personas que sabían la naturaleza de sus sentimientos, pero no presionaban con mayor información al respecto.
