Surreal

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Alcé una mano para despedirme de ambos cuando llegamos. En el momento en el que el carro avanzó pude liberar un suspiro que me ataba la garganta y se convirtió en un sollozo casi incontrolable.
Mis lágrimas se resbalaban sin control y traté de cubrirme con lo que llevaba. Una parte de mis anhelos estaban cumplidos pero no procesaba la idea de que tenía que vivir con el hecho que estaba perdidamente ¿enamorado? De Johnny y que muy probablemente él apenas se lo imagine.

Yo.. No me siento un homosexual.
Pero estuve viviendo en mi cabeza todo este tiempo donde Marr cambiaría de parecer y correría conmigo como en un cuento barato. Donde sería realmente feliz, pero al contrario. Solo fue el inicio de la verdadera amargura.

The Smiths fue tan popular que la distancia con los otros miembros había aumentado gradualmente. Me empezaba a sentir increíblemente solo cuando después de las giras ellos iban a liberar al salvaje animal juvenil que habitaba dentro de ellos y yo solo regresaba a la habitación como cuando tenía 17 años.
Escribía ahora, pero con la seguridad de que esta vez todas esas almas incomprendidas me escucharían. Me inspiré de Marr en algunas letras aunque jamás se lo dije. Una pena que se lo hayan insinuado después.

Para las últimas fechas nos instalamos en el hotel donde Oscar Wilde había descansado hacia muchos diciembres atrás. No corrí con la suerte de llevarme una impresión igual de satisfactoria pero podía entenderlo.
Era hora de desarmar el equipaje, no había luz en la habitación y se me ocurre llamar al lobby.

—Parece que no hay luz en este lugar. -Expresé molestia

-Al costado de su cama hay una lámpara de lectura. -Dijo sin vergüenza alguna.

-Pero yo no quiero leer. Quiero desarmar el equipaje y no veo nada. -Insistí

-Pues no hay más habitaciones disponibles.

Refunfuñé y azoté el teléfono. Había sido una llamada inútil, caminé hasta las ventanas dejando que un pequeño rayo de luz se manifestara en la habitación.
De paso, no estaba solo.
Cucarachas del tamaño de un hámster estaban exigiendo su lugar en el cuarto y salieron de todas partes posibles hasta que lograron deshacerse de su invasor. Salí a buscar a los otros Smiths pero ninguno parecía estar en su cuarto. Salí a la calle a dar un paseo por la ciudad esperando recibir ayuda cuando regresara.

Al volver, mi equipaje no estaba en la habitación, estaba apunto de entrar en una severa crisis y me han dicho que me han cambiado de habitación. Suspiré aliviado y fui hasta allá.
A la habitación de Johnny, a quien no le había visto el pelo hace quien sabe cuánto tiempo.

—Le temes a las cucarachas, ¿cierto? -Dijo tranquilo

Johnny soltó una risa afable y me ayudó a instalarme con él. Ni me ha mencionado en donde habían estado ni tampoco se ha inmutado en preguntarme como estaba pero su amabilidad me hacía creer que le seguía importando como yo creía que siempre había sido.

—¿Por qué me metieron acá? -Pregunté. Haciéndome el molesto

–¿No te han dicho que no hay más cuartos? Respondió con ingenuidad

Me enfurecía profundamente la sequedad de las respuestas de Marr. No sabía si se hacía el imbécil o yo estaba enloqueciendo.

—No podré dormir a gusto contigo. Tengo una forma única para dormir y vas a terminar en el suelo. -Dije amenazante.

Johnny consideró sus palabras.

—Entonces.. No te preocupes. Buscaré otro lugar para que puedas dormir a gusto. -Respondió

>>PERO QUE MIERDA HAS DICHO MORRISSEY<<

—Vale, vale. Gracias. -Fingí desinterés. Evidentemente.

Johnny no se veía molesto. Era innegable que sucedía algo pero tampoco algo tan malo para darle una explicación a sus normales actitudes.
Él había salido de la habitación y me desvanecí sobre la cómoda preguntándome cuál era mi función en esta tierra aparte de arruinarlo TODO.
Acababa de perder la oportunidad de dormir con Johnny y esperaba no volver a ver la luz del día de nuevo. Pero para ese punto ya no sabía cómo actuar.

En la mañana el sonido de la oxidada puerta resonó y mi sueño sensible se vio afectado por la llegada de Johnny. Venia a buscar la ropa que usaría esa noche y solo pude esforzarme en hacerme el dormido y mirar de reojo. Como me esperaba, Johnny no me ponía ese "tipo" de atención. Cuando volvió a salir del cuarto sentía que la cama y yo nos convertíamos en uno. No tenía caso. Moriría amargado.

Dear god please help me. |MARRISSEY| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora