Capítulo 4: Ellinor y una disputa de nuevo.

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Eran seis y media de la mañana, en los cielos comenzaban a aparecer los rayos de luz, pintando con franjas amarillas y anaranjadas en el un punto máximo del este. Era hora de despertarse para todos los tutores, comenzando con la rutina diaria.
Cada profesor o voluntario se dividen en varios equipos para cada día de la semana, unos preparaban el desayuno, otros sus clases y otras la rutina diaria.
Una forma realmente de trabajar, compartir y convivir entre ellos, y Charles creyó que era lo mejor.

Dentro de la institución Xavier, lo podían admitir los niños que no superaban más de los once años. Charles se sentía orgulloso de todo su equipo y esfuerzo al ver los rostros felices, porque estaban a salvo de las personas que en algún momento quisieron hacerle daño.

- River, cariño, limpiate la boca - le sonrió al infante de seis años de color piel morena y este obedeció agarrando una servilleta de papel para limpiar sus comisuras.

- Estuvo fabuloso el desayuno, profesor Xaver - el niño le devolvió la sonrisa y abrazó al Omega dejando un beso sobre la mejilla, provocando un sonrojo en ella.

- No es nada, después le vas a agradecer al equipo. Pero ahora ve a arreglarte. Pronto empezarán las clases - acarició los cabellos del pequeño y vio los cordones desatados de sus zapatos, los ato con seguridad. - Cariño, si sigues con los cordones desatados te vas a dar un tropezón y vas a raspar tus rodillas ¿Nos queremos eso, no? - el pequeño negó sintiéndose algo torpe. Bajó su pequeño pie al suelo.

- De acuerdo señor Xavier - le murmuró corriendo lejos de él hasta la salida del comedor.

Xavier comenzó a tomar las bandejas desocupadas para dejarlas en el tacho para el lavado. Pero sin embargo vió a Scott rogando a Jean para que hablasen. Él nunca cambiaría en ser posesivo y celoso con su pareja lo cuál ello afectaría en grande en su relación.

- ¡Maldita sea! Scott - la alfa respiró con profundidad aunque sentía cosas temblar alrededor suyo. Presionó sus dedos contra la bandeja para tratar de calmarse. Respiró con profundidad antes de hablar. Se volteó hacía él - Quiero que me dejes en paz, no tengo deseos de hablar contigo - le susurró presionando sus dientes, haciendo querer llorar a su Omega. Pero Jean no se compadeció con él y siguió sus quehaceres, yendo con su aroma agrio.

- ¡Jean!- llamó suplicante Cíclope comenzando por seguirla. Charles tuvo que inferir para que la disputa no se agrande más.

"Scott, ayúdame a despejar las mesas, por favor". se detuvo rígido y Charles sintió sus ganas de llorar. Supuso que la pelea con su alfa si era grave.

- Ya logra calmarte a ti para poder esperar que se haya calmado-. Charles tuvo que evitar reírse, Scott lo había mirado súplicante como un cachorro regañado por su dueño. Pero eso no fue excusa para darse cuenta que la había cagado demasiado.

Tenía tanto miedo de perder a Jean por la pelea que tuvieron, la había insultado dejándose llevar por los celos enloquecidos. La había visto hablando con un Omega maestro. Aún no olvidaba como la había hecho llorar. Era patético como Omega.

- Scottie, sé que no te sientes bien. - comentó Charles, oliendo la esencia deprimente de su amigo. No dudó en acariciar la espalda baja. - Por eso te daré un día libre para que descanses. Obviamente se lo daré a Jean -

- No importa, de todos modos, la estoy perdiendo con mis estupideces de celos. - dejó caer una lágrima por su mejilla mientras recogía bruscamente las bandejas. ¿Por qué finamente no confiaba en su pequeña? Estaba conciente de su bella pelirroja le daba más, pero la sola idea de un Omega o un alfa estúpido hablando con ella, coqueteando, disfrutando de admirar esa sonrisa le comía la cabeza.

Una familia descabellada. Where stories live. Discover now