Capitulo 6: Un descubrimiento inesperado

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Una semana había pasado desde que Jimin había llegado al palacio, los días eran aburridos y en tres días no había visto al emperador.
Descubrió gracias a Sumin que el hombre había salido de viaje y que también había dejado órdenes específicas a sus hombres de vigilar al príncipe.

Taehyung se sentó en la punta de la cama de Jimin, lo miró mientras este apenas despertaba.
-¿Ya pensaste como harás para evitar casarte?- preguntó.

-Apenas estoy empezando el día, ¡no fastidies Tae!- bufó mientras tallaba sus ojos.

-Solo es que creo que te estás poniendo demasiado cómodo aquí, y pensé que tal vez estas cayendo por el emperador-

-¿Acaso estás loco?, ¿de verdad piensas eso?- increpó a su amigo.

-Bueno, solo veo que ya no estás tan concentrado en tu plan como cuando llegamos, y no te confundas, no creo que eso sea malo, quien sabe, quizás podrías enamorarte de él-

-Parece que no me conocieras Taehyung, ¿realmente crees que podría enamorarme de ese monstruo?- su tono era exasperado, las palabras de Tae golpearon su cuerpo.

-Piensalo Jimin, hemos escuchado varias cosas del emperador pero desde que llegamos aquí el hombre solo a mostrado ser amable y hasta a soportado tus caprichos y desplantes, ¿no crees que a lo mejor él puede haberse enamorado de ti?-

-Es igual que todos, él solo quiere mi cuerpo, poseerme, doblegarme y convertirme en su proveedor de herederos. No Tae ese tipo no se enamora y no lo hará de mi tampoco.
Y si así lo hiciera, si él se enamorara de mi, como tú crees, aún así yo no tengo intención de enamorarme de él y mucho menos unir mi vida con este-

Se levantó de su cama y pensó en que podía hacer para quitarse se encima la conversación que había tenido con su amigo.
Se asomó por el balcón que tenía en su habitación. Miró el enorme jardín que rodeaba el palacio, parecía interminable, entonces una sensación extraña recorrió todo su cuerpo.
Volvió adentro para ponerse ropas cómodas, bajó los escalones de la estancia y recorrió los pasillos hasta llegar a las puertas que daban a aquel jardín que había visto desde su balcón.

Comenzó a caminar inspeccionando todo a su alrededor.
Había flores de varios colores, árboles con figuras bien podadas, un camino de grava llevaba a adentrarse cada vez mas entre árboles aún más grandes y frondosos, unas bancas de hierro forjado rodeaban una gran fuente con esculturas talladas en mármol.
Ostentoso, pensó, como todo lo que rodeaba al emperador.

Siguió por el camino que se hacía un poco más estrecho, llegó a un muro de enredaderas de hojas verdes, comenzó a jugar con aquel follaje intentando percibir su textura con sus manos. Las hojas se veían de un verde intenso y según los rayos del sol llegaban a estas parecía hacerlas brillar con un tono dorado.
-Maravilloso- gimió.

De pronto una dulce y lenta melodía comenzó a sonar, Jimin miró a su alrededor, ¿de dónde salía aquel sonido?.
Jimin siguió aquella música como si lo llamase para llevarlo a algún lugar.
Recorrió con sus manos las hojas que ahora se veían más grandes y parecían querer atraparlo, se sintió mareado, y como si su cuerpo fuese empujado por una fuerza extraña atravesó la pared verde y cayó de rodillas sobre un campo liso de pasto.

Aquel lugar era totalmente distinto a la otra parte del jardín, parecía como si no formara parte del palacio.
Jimin se puso de pie rápidamente y recorrió aquel maravilloso lugar con la vista.
Había flores de colores vibrantes que adornaban todo el valle, una pequeña cascada surcaba un pequeño camino de piedras de un color rojo intenso.
El príncipe estaba deslumbrado ante semejante vista, parecía estar dentro de una pintura hecha por un artista.

Caminó algunos metros acercándose a un pequeño cobertizo, tironeo la manija de la puerta y cuando esta se abrió lo que vio allí lo dejó sin aire.

Un paseo por el jardín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora