dos

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PARA LA joven Ackerman, los primeros meses de entrenamientos fueron los más duros, teniendo en cuenta que nunca se había metido en ninguna pelea o que su abuela la cuidaba como si fuera de cristal. Shadis también creía que Sina no duraría más de tres meses con los entrenamientos, aunque rápidamente demostró que no, que era capaz. De echo, era muy buena, rápida y fuerte, había ganado musculatura y tenía una resistencia muy alta, no había duda de que daba honor a su apellido, tal como Levi y Mikasa.

Todos formaron frente a las cabañas como el primer día, con la diferencia de que la Legión de Reconocimiento se había acercado hasta el campo de Instrucción para llevar a los cadetes fuera de las murallas durante un par de horas. Saldrían al Muro María por el oeste, es decir, por el Distrito Klorva, darían un par de vueltas para ver si encontraban algún Titan y luego volverían.

Sina clavó su vista al frente encontrándose con las miradas del Capitán Levi, del Capitán Mike, la Mayor Hanji y el Comandante Erwin.

Sus ojos marrones chocaron con los grises de Levi y ambos fruncieron levemente el ceño al reconocer al contrario, ninguno había cambiado mucho después de cuatro años.

— No ha crecido, de eso no hay duda.— Pensó carraspeando levemente en un intento de ahogar una risa. Reiner la miró de reojo, Jean también.

Mientras, Shadis explicaba que el Comandante y los Capitanes se encargarían de darle un reporte de cada recluta, por lo que era un ejercicio calificativo y no un paseo por el monte como creían algunos.

Todos los cadetes montaron en los caballos y salieron del área de entrenamiento, pasaron un par de pueblos con Erwin y Mike abriendo la marcha y con Levi y Hanji cerrándola.

— Tú, enano.— Levi rodó los ojos al escuchar como Hanji lo llamaba por quinta vez en la hora y media que llevaban de viaje, no se molestó en mirarla, mantuvo la mirada al frente paseándola por los cadetes.— Llevas mucho tiempo mirando a los cadetes, acaso...

— Estoy haciendo mi trabajo, cuatro ojos, que es vigilarlos, tú deberías hacer lo mismo.— Se limitó a contestar el pelinegro sin apartar la vista de enfrente.

A su lado, Hanji se acomodó las gafas e inclinó su cuerpo hacia Levi con una sonrisa burlona adornando su cara.

— Ya, pero me refiero, ¿no hay nadie qué te parezca atractivo? Sea chico o chica, yo no juzgo.— Levi soltó un suspiro y alargó su pierna pateando suavemente el caballo de Hanji haciendo que este se desviara del camino internándola en un pequeño bosque. No le preocupaba debido a que acabaría llegando a Klorva tarde o temprano.

— No debería haber hecho eso, Capitán Levi.— Ante la mención de su nombre, él se giró encontrándose cara a cara con Sina.— ¿No cree que ha sido un poco brusco?

Levi alzó una ceja y la miró aburrido:— Tsk, tonterías, se lo merecía.— Sina se encogió de hombros y volvió su vista al frente.

— Si usted lo dice.— Después de media hora llegaron a Klorva y tras un par de minutos cabalgando por el pueblo Hanji se unió al grupo de nuevo, estaba algo despeinada y tenía una rama enredada en la coleta.

Sina la miró unos segundos antes de volver con Jean, que había comenzado una pelea a susurros con Eren, de nuevo.

— ¿Qué demonios te ha pasado? ¿Acaso te has peleado con un oso?— Hanji soltó una carcajada ante la pregunta de Levi.

— Algo así, eran DOS osos.— Dijo remarcando el número aún sin quitar su sonrisa divertida de la cara. Sin duda alguna para Levi era exasperante.

Por otro lado, Sina se interpuso entre los dos adolescentes obligando a los caballos a apartarse.

ashes ▭ armin arlertWhere stories live. Discover now