III

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Harry estaba más consiente que nunca, pero al mismo tiempo más confundido. Ahí con el brazo vendado y los lentes aún un poco chuecos, cenando con Luna Lovegood y Draco Malfoy en la pequeña casa de la chica.

Entendía, que Luna le había encontrado cerca de la playa eso era bastante lógico, lo único que había logrado visualizar Harry antes de aparecerse era la playa cerca de la casa de Bill y Fleur que Luna había comprado luego de que la pareja su fuera a vivir a Francia. Pero le quedaba una duda enorme: Draco Malfoy ¿qué hacía ahí?

No era que Draco le desagradará, había aprendido a tolerarlo incluso a apreciarle un poco, el muchacho se había puesto de su parte y más de una vez le había atendido en el hospital después de algún enfrentamiento o misión. Le atendía de manera profesional, pero al mismo tiempo de manera personal, hablándole por su primer nombre y tratándole con más delicadeza que al resto de sus compañeros, a Harry nunca le molesto aquello al contrario le gustaba. ¿Pero qué hacía Draco ahí? Cerca de Luna, murmurando cosas mientras preparaban la cena, tocando su cabello con suavidad y de vez en cuando poniendo su mano en sus hombros.

¿Y por qué Luna le correspondía? Ella estaba ahí al lado del muchacho, riéndose de sus chistes, y tocando también su cabello, levantándose sobre la punta de sus zapatos para susurrarle cosas al oído, haciendo que probase su sopa y golpeando su hombro de vez en cuando diciendo con voz dulce su nombre. Harry, recordó los días que paso en aquella casa después del entierro de Dobby, cuando mirar a Hermione dormir no era suficiente y deambulaba solo por los pasillos, a veces se encontraba a Luna y ella lo entretenía contándole alguna historia fantástica de seres que no existían, entonces él hacía un comentario sarcástico y ella se reía.

¿Pero qué hacían ellos dos juntos? Draco y Luna por más parecidos que fueran, eran agua y aceite.

—Potter –Draco le habló por su apellido, pero de manera suave — ¿no vas a cenar? –le dijo señalando el plato

—Lo lamento, huele muy bien – le dijo, Luna le sonrió con dulzura — eres muy buena cocinera –le dijo

—¿Y yo no? - preguntó Draco, parecía estar bromeando, Harry nunca lo había visto así, aunque había bajado su guardia en el pasado Draco no era gracioso — yo ayude bastante

—Eso no es cierto –le dijo Luna — solo me viste cocinar, no sabes prepararte ni un té

—Niño consentido – le dijo Harry confiando por el humor de Draco

—Pregúntale a tu padrino si sabe si quiera encender la estufa –le protesto Draco y Harry se echó a reír, pensó en Sirius un momento no lo veía desde la batalla de Hogwarts y aunque sabía que el hombre estaba bien, su ausencia le rompía el corazón.

No dijo nada más durante la cena, Draco se concentró en su taza de té y en su libro, Luna murmuraba para sí misma mientras hacía apuntes en su cuaderno y cenaba, salpicando las páginas de salsa, Harry se distrajo mirando a los dos, eran parecidos si alguien le hubiese dicho que eran hermanos él no lo habría dudado ni un segundo. Pero Draco tenía su acento británico de alta sociedad y Luna no había logrados despegarse de su acento irlandés.

Pero al mismo tiempo, mas allá de parecer hermanos, lucían como una pareja demasiado cómodos cerca, juntos, con los brazos rozándose y las miradas encontrándose de vez en cuando, riendo sin decir una palabra y solamente mirando a Harry de vez en cuando.

La comida estaba deliciosa, pero el estómago de Harry ardió, no entendía muy bien porque bueno, si en su momento había tenido un enamoramiento tonto por Luna y también por Draco, nunca había pensado en ello demasiado, estaba ocupado retomando su vida, pensando en que ninguno de los dos de cualquier manera podía fijarse en él.

Y Harry tenía razón, miró a Draco y a Luna, la chica tenía su pie sobre la silla de Draco quien de manera distraída de vez en cuando le tocaba el cabello, Harry suspiro resignado, resignado de perder a esas dos personas de las que en algún momento se había enamorado, resignado a que esa clase de relación no era para él, resignado a aquella maldición que le causaría la muerte.

Draco observo a Harry subir las escaleras, quiso ofrecerse para ayudarle a llegar a su habitación, envolverlo en las cobijas y asegurarse de que estuviera bien, sacudió la cabeza sintiéndose ridículo y pensó en Luna, se concentró en ella para dejar de pensar en el hombre

—Es guapo con barba ¿verdad? - le dijo de repente Luna, sobre saltándolo

—Si te gustan las caras comunes – dijo haciéndose el loco — casi vulgares, debemos pedirle que se bañe

—No seas ridículo, Draco – le dijo ella, usualmente Luna era demasiado amable, demasiado tranquila esa mala costumbre de rodar los ojos y hacer comentarios sarcásticos eran producto de la convivencia con Draco — es guapo, siempre lo ha sido ¿te acuerdas cuando lo perseguías por Hogwarts?

—Yo no hacía eso – negó él cruzando los brazos

—Aja – le dijo ella. Draco entonces la abrazo, le dio un beso en el cabello con el objetivo de distraerla, de distraerse

Pero no pudo, miró las escaleras un largo rato, pensó en Harry con su barba y en efecto se veía guapísimo, intentó no admitir lo pero de pronto con toda la confianza que le tenía a Luna dijo:

—Esta más guapo que nunca – le dijo y Luna soltó una risa — ¿no estas celosas? –le dijo, ella negó con la cabeza

Draco no dijo nada, pensó en Luna mirando a Harry y tampoco se sintió celoso. Entonces decidió dejar de pensar porque todo eso era muy estúpido, se despidió de Luna con la promesa de regresar al día siguiente, tenía turno en el hospital esa noche y quizá podía empezar a buscar la medicina de Potter.

Evanna es irlandesa por eso lo deje como fact de luna

Por favor díganme que les parece, para animarme un poquito.

Y esta historia es la precuela de AGAIN que es Remus x Siris pero no van juntas se pueden leer independientes.

Medicine. ¶*TERMINADA *¶Where stories live. Discover now