One-Shot

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"Cry in hell"

Strannraer Escocia.

Julio, 24 del 2020

Nadie es consciente realmente de lo que pudo acontecer en sus vidas pasadas, y muy pocos tienen la oportunidad de saber que hicieron, como vivieron y que los conllevó a morir finalmente. La curiosidad por aquello desconocido podría ser pasajera, otros buscaban la manera de averiguarla con métodos más místicos sin tener garantía de si realmente sucedió. Pero para él, era un tema que al principio de su vida no le interesó verdaderamente, a pesar que siempre había tenido consigo la sensación de que algo importante había pasado en otra época. Y eso se acentuaba significativamente cuando se encontraba en presencia de su hermano menor. Lo cual, hubo veces en que lo había dejado en un estado de larga ausencia perdido en alguna parte de sus propios pensamientos... hasta que volvía al presente después de que aquel extraño fantasma lo acechara, dejándole una extraña emoción muy arraigada en su ser.

Ahora... todo era mucho más claro.

A sus veinticincos años había tenido un sueño que lo persiguió por semanas. Uno, donde no se reconocía a si mismo, y no precisamente por la extraña vestimenta de oro puro que portaba, más bien por su personalidad cruel y desprovista de emociones, que ahora creía fundamentales para un ser humano consciente y estable. Unas ansias de poder y estatus que solo de la manera más ruin podía alcanzar, sin importar deshacerse de vidas inocentes si se interponían en su camino. Manipulando de esa manera a la única persona que había estado con él apoyándolo en las sombras...

Y posteriormente en un brusco salto de escena, tenía el puño de su propio hermano incrustado en su pecho, atravesando la armadura dorada como si fuera papel. Había paladeado el metálico sabor de la sangre en su boca, mientras se reflejaba perplejo en esos ojos azules tan idénticos a los suyos... Todo se fue oscureciendo al tiempo que frases sin sentido salían de sus propios labios y que no comprendía, solo le daba la fuerte sensación de ser una promesa mortal y vengativa.

Se había despertado de semejante pesadilla sobresaltado, aun con ese dolor lacerante en su pecho, y la mente nublada, le costó mucho más de lo que quisiera admitir recuperarse de eso. Ver a su hermano a los ojos después significó un enorme reto, puesto que, dada por su expresión sosegada, deducía que algo también le había ocurrido a él, pero ambos optaron silenciosamente en un acuerdo mutuo de no hablar del tema. No obstante, ese mismo sueño recurrente regresó muchas veces en el transcurso de dos largos años, y cualquiera diría que podría haberse acostumbrado, pero la ruda realidad era que lo atormentaba como la primera vez que atacó su mente.

Hasta que finalmente ese día llegó.

Donde tuvo un vistazo en carne propia del enfrentamiento contra su propia sangre, de una manera tan cruel y despiadada por su parte, que no se reconocía en lo absoluto... hasta el preciso instante en que vio como la luz poco a poco abandonaba esa mirada azulina que lo acompañó a lo largo de toda su vida, de esa ligera sonrisa feliz y satisfecha antes de presenciar como se desvanecía ante sus ojos, arrancándole de esa manera una parte de su alma de la peor manera que jamas creyó posible...

Fue cuando supo que todos esos sueños que había tenido recientemente por los últimos años no eran precisamente sueños, sino más bien eran un ventana abierta a su vida pasada más antigua. Esa donde había cometido un pecado imperdonable, y que hasta ahora creía que los mismos Dioses aun lo castigaban.

Pasó una mano por su largo cabello, apartando los mechones azules que la fresca brisa alborotaba al tiempo que contemplaba la espléndida vista que tenía en frente, pero que en ese momento no estaba apreciando producto de sus pensamientos algo caóticos. De pie en lo alto de aquella colina con todo el paisaje de mar verde, con el sol de la mañana arropando entre algunas nubes, él se encontraba aislado de lo demás y de la civilización que en ese momento lo asfixiaba, sobre todo con el turbulento pasado que se había revelado amargamente y ahora le pesaba la conciencia de una manera agónica. Necesitando a su vez un tiempo a solas para tratar de buscar la manera de como lidiar con eso y superarlo, porque se negaba a dejarse engullir por eso y por todas las imágenes que aun pasaban como una película por su cabeza, de los fragmentos de cada ocasión que habían renacido y en el preciso instante que volvía a repetirse el siclo a la misma edad en la que había perecido.

Cry In HellWhere stories live. Discover now