Deseo 6

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Nene podía sentir la respiración húmeda y caliente del chico en su cuello. El aire se comenzaba a poner cada vez más pesado, pero ella no quería alejarlo. Su piel contra la suya, los roces provocados por la búsqueda de aire, sus brazos a cada lado de su cabeza, obligándose a permanecer a cierta distancia aunque aquello pareciera imposible. No podía entender porque le gustaba.

—Yashiro— le habló con una voz distinta a la habitual— ¿ya decidiste tu respuesta?

Él estaba impaciente, eso se podía notar a leguas, sin embargo, no era el único. Ella realmente quería resistirse a sus deseos carnales, es decir, aun estaba en preparatoria, si no podía negarse a este tipo de ofertas ahora ¿Cómo sería en el futuro? ¿sería así siempre, como una gata en celo? Con eso en mente, se puso como pudo la camiseta, impregnada en el olor del ambarino, sin atreverse a mirarlo, quizá esa simple acción lo haría retroceder y ella no tendría que obligarse a decir no y fingir que su cuerpo contra el suyo no le causaba placenteros escalofríos en la espina dorsal.

En medio de la oscuridad, subió la cabeza para mirarlo, apenas podía ver sus ojos con claridad, pero eso era suficiente, el no había reaccionado para nada ante su indirecta... debería enfadarse y empujarlo, pero no quería... No sabía como en solo unos días este chico un grado más abajo del suyo pudo hacerla sentir tan atraída hacia él. Quería creer que lo hacía por amor, aun cuando en el fondo sabía que muy probablemente él no tenía esa clase de sentimientos por ella.

—Nene— sus labios acariciaron su nombre mientras con delicadeza levantaba su mentón— necesito que me lo digas ahora, de tu boca... entenderé si es un no— bajó su mano derecha hacia el muslo de la chica, jugando con el bordado de su short, sus dedos usando ese pretexto para tocar la suave piel bajo la tela— no podre aguantar mucho más— juntó sus frentes cerrando los ojos con la esperanza de calmarse.

Aunque no quería que fuera así, aunque esperaba que la primera vez que intimara con un chico fuera como lo soñó durante toda su adolescencia... Yugi la estaba haciendo cambiar de opinión, ya no le importaba si no era como ella lo planeo, nada de lo que pudo haber imaginado se ponía a la altura de lo que él le estaba haciendo sentir.

No pensó que algún día alguien la desearía de esta manera tan ardiente... ni que sería mutuo.

Sus ojos se encontraron, rubí con ámbar.

¿Era esa la mirada que le da un hombre a una mujer por la que no siente mas que atracción física? Nene no lo sabía.

La mano de Amane se ahueco en la mejilla suave y sonrosada. En la oscuridad examinó sus ojos entrecerrados sobre él, su nariz pequeña y... esos labios que lo estaban volviendo loco. El menor sabía bien lo que quería, pero esperaría a que ella le diera su aprobación.

"No quiero ser ese tipo de chica que se acuesta con un chico solo porque le atrae de manera sexual, pero... tengo tiempo para averiguar en que me convertiré despues de esto".

Tímidamente, sin atreverse a ponerlo en palabras, la oji-bermellon se acercó a sus labios. Quería tanto sentirlos sobre los suyos aun cuando nunca en su vida había besado. Deseaba besar y ser besada por Yugi Amane... tocar y ser tocada.

Sus manos hasta ahora inmóviles se movieron hacia su pecho como si estuviera en modo automático. Algo que ella no sabía que existía en su interior la movía. Sus manos lo acariciaron por un momento, subiendo hasta sus hombros, el cuello, deslizándose hacia atrás y finalmente lo atrajo hacia ella.

—Bésame, Amane— esa fue su sentencia final.

Sus labios se unieron en un beso ansioso, como quien bebe agua después de sufrir por una larga y tortuosa sed. Ambos intentaban acercar al otro tanto como podían, él con ambas manos en su cintura y espalda baja, ella en su cuello y con los dedos enredándose en su cabello corto, más sedoso de lo que se veía. Los labios de Yugi atraparon el inferior de Yashiro, mordiendo suavemente para terminar lamiendo con la punta de su lengua.

Se vieron obligados a separarse por la falta de oxigeno, apenas unos centímetros, no mas que los suficientes para recuperar el aire.

La fémina, aturdida por la nueva sensación se sobresalto cuando sintió los brazos del contrario cargarla, ella por instinto rodeo su cadera con sus piernas. En un rapido movimiento él los había sacado del estrecho armario y la sentó en una de las mesas cercanas, aun él entre sus muslos.

—¿Puedo volver a besarte?— respiró algo agitado, quizá ella misma estaba peor que él.

Sus manos que seguían en el mismo lugar de su anatomía, lo volvieron a acercar al mismo tiempo que ella también acortaba la distancia entre ellos.

—Si— esta vez ella unió sus labios.

El beso hambriento se volvió más intenso, poco a poco, Amane intento hacerse paso entre sus labios, Nene le habría permitido hacerlo si no fuera porque no sabe como besar con la lengua, y la acobardaba el pensar que podría arruinar este increíble momento con su inexperiencia.

—Espera— lo alejó con las manos, mirando su pecho desnudo notó que podía sentir los acelerados latidos del corazón de su kohai, de alguna forma se sentía aliviada de saber que ella no era la única.— Yo — dudó sobre decirle algo tan vergonzoso, pero en cuanto vio como él le prestaba total atención a sus palabras, su duda se apaciguo un poco— nunca he... no sé como besar de esa forma.

"Se burlara de mi. Pensar que soy mayor y soy una completa inexperta"

La confesión había provocado que el calor en sus mejillas se hiciera aun más fuerte y Amane no pudo evitar pensar que era adorable y... demasiado linda.

—Esta bien, senpai— se acercó con una pequeña sonrisa— no hay de que avergonzarse— besó su mejilla, pasando a su cuello.

Estaba sudada, normalmente se negaría a ser tocada en ese estado, pero desde esa ultima vez en el salón de ciencias, Nene había ansiado sentir sus labios posarse en todos esos lugares que había tanteado.

—Permíteme enseñarte— depositó un pequeño beso en el centro de su cuello, debajo de su oreja.

Uno tras otro, besó cada centímetro que podía alcanzar, subiendo hasta el lóbulo de su oreja, que mordisqueo un poco, y bajando a sus hombros, su clavícula, todo lo que estaba a su alcance, hasta que la camiseta que él mismo le dio se volvió a interponer en su camino.

Por una razón que Yashiro no entendió, el no intentó deshacerse de aquello que estaba en su camino, y por una fracción de segundo ella pudo divisar la molestia en su rostro, la cual fue rápidamente sustituida por una sonrisa.

Volvió a subir a sus labios y en el ultimo segundo ella dijo— Es tu camiseta ¿sabes? puedes decidir donde quieres que esté— en un momento de atrevimiento.

Yugi se detuvo, ella lo estaba tentando a hacer mucho más de lo que creyó que podría ser su primer encuentro. La miró a los ojos, buscando cualquier rastro de duda o temor, pero nada de eso estaba.

Y se estremeció. Sus orbes de un brillante color ocre estaban oscuros, su expresión había dejado de ser juguetona y divertida, ahora la miraba con una intensidad que le hizo sentir una intensa electricidad recorrer su cuerpo entero. No se arrepintió de sus palabras a pesar de la advertencia que aparentemente le estaba dando.

—Concede mis deseos, Amane— ya no era su yo habitual la que hablaba, pero no se esforzaría en recuperar la compostura, no ahora, lo tentaría un poco más a hacer lo que ambos deseaban.

Continuará...

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Palabras: 1240

Otra vez llegó tarde. Creo que mi periodo de creatividad es tarde por la noche.

Espero les haya gustado el cap.

Para los que quieren saber si habrá lemmon, si lo habrá, quizá no en el próximo capitulo, pero si les traeré buenos momentos que las dejaran al menos un poco satisfechas hasta que llegue el momento que quiero que se de.

Voten y comenten.

~Sayonara

Hagamos cosas indecentes | Amanene/HananeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora