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La renovada rutina de Sasha constituía en despertarse a la una de la tarde, hacer alguna que otra tarea, atragantarse de comida y ver anime mientras lo hacía. 

En ese momento estaba concentrada en su más reciente obsesión, One Piece, y sentada en la sala con las voces de los personajes rompiendo el sepulcral silencio de la casa la disfrutaba. Kaya hacía poco había ido a dormir, pues sus clases en línea eran más temprano en la mañana y ya daban las doce de la noche. A Sasha no le molestaba quedarse sola, si acaso era mejor pues podía fangirlear con Zorro sin que su hermana menor la mandara a callar. 

Un capítulo se había acabado y aprovechó el ending para ir a la cocina y buscar otro sándwich. Regresaba al sofá en el que estaba sentada a ponerse la laptop en sus piernas cuando una voz cantando coordinamente el OP que ya sonaba le hizo casi morderse la lengua.

Por Ymir. Sasha comenzó a asustarse y agudizó su buen oído. La voz masculina se escuchaba como un murmullo lejano, el tarareo no era precisamente agradable a la audición pero era cálido, de cierta manera. Apoyó la cabeza en la pared que estaba a su espalda, dejó la laptop en una mesa de café y subió las rodillas al sillón.

Se vería muy cómica ante los ojos de cualquiera que la cachara en esa posición, pero Sasha tenía un propósito y no pararía hasta asegurarse de que los fantasmas existían y vivían dentro de las paredes.

Se fue corriendo hacia la izquierda y paró a tres metros de su sitio original, se sentó en el piso a esperar por alguna señal, el opening se había detenido a la par de la voz. Ahora estaba apoyada en una puerta y no pared.

Esa entrada llevaba sellada años, se suponía que conectaba una casa con la otra, pues antaño la familia que ahí vivía decidió separar la gran propiedad para que la hija tuviera la privacidad que quería con su marido y mantuviera constante contacto con los padres de igual manera, o eso era lo que conocía Sasha.

Ahora, una familia nueva estaba habitando la otra parte de la propiedad en la que hasta hace poco había solo un almacén con cosas de los penúltimos inquilinos. Sasha no había visto a sus recientes vecinos pues estos habían llegado hacía apenas una semana, en medio de la cuarentena.

La morena desbloqueó su celular y seleccionó la canción «Titanes sin Hércules», una de sus favoritas de KibaProductions. Quería obtener alguna otra reacción.

—¡Reunidos en comuna, gay, gitana y la mascota! Algún muerto irrelevante y una rusa en plan masoca —cantó superando el volumen en su móvil y paró esperando percatarse de una nueva reacción del fantasma.

Iba a rendirse y seguir con su maratón de anime hasta que a punto de levantarse eso cantó.

—Los titanes arrasaron campamentos de verano. Hemos de luchar ahora, ¡al menos nos dicen hola! —La voz contraria se notaba emocionada a medida que avanzaba. Y nada era mejor para la morena que compartir intereses con algún nuevo amigo—. No, nadie nos podrán detener. ¡Ni un titán, ni otro más, ay por Dios, ¿cuántos van?!

La sonrisa en la cara de Sasha era igual de brillante que sus ojos. Sus manos golpearon la madera en lo que volvió a acercar la cara, esta vez para hablar en vez de escuchar. Tal vez la pausa era para que ella continuara la canción, mas se enfocó en obtener respuestas.

¡Oiiii! ¿Qué eres? Me llamo Sasha —La chica susurró lo suficientemente audible para cualquier cosa que estuviera al otro lado de la pared. Aguardó mientras intentaba casi fusionarse con la puerta.

De seguro era el vecino y no un fantasma, un dolor, pero ella mantenía la expectativa.

—¿Hola? —Se emocionó al oír respuesta—. Soy Connie. ¿También te gusta One Piece? 

A partir de ahí, ambos se envolvieron en una conversación que les pareció tan fugaz como eterna, sobre los mejores animes del año, la mejor banda sonora, teorías de próximos capítulos de Titanes sin Hércules y anécdotas pendejas de cosas que ocurrían en la escuela —pues Sasha se enteró que el chico (que por suerte no era un otaku de más de treinta años, desempleado, con panza y acné) la estaría acompañando al iniciar el nuevo curso y eso la emocionó aún más.

La morena apartó las inseguridades de Connie de estar en un nuevo barrio y Sasha encontró en él un nuevo compañero de risas.


Creo que nunca he escrito algo tan inclinado a la «comedia». No si lo logré o no, pero al menos yo estuve riéndome como foca retrasada mientras lo escribía y al revisarlo. Me parece que casi nadie entenderá mis referencias pero vale la pena x"D

Nee, eres la única que va a entender la parodia a mi parodia favorita. ¿Te sorprende que haya escrito Springles? De nuevo, al menos a HAHAHA

(Y alguien que ame OP me puede decir si es Zorro o Zoro¿)

Lindo día, folks


❝ Nuestra manera de conectar a través de parodias ❞┊SPRINGLESWhere stories live. Discover now