El enfrentamiento

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Sting no podía dormir. Recordaba cómo la rubia se preocupó por él. Ahh, no puedo dejar de pensar en ella… Además, creo que no se dió cuenta de cómo estaba vestida, ese camisón azul apenas le tapaba... ¡esa mujer me tienta!

Al final no pude resistirme al besarla.

Tal vez, será que, ¿estoy enamorado?...

Tenía una sonrisa en su cara, y parecía que nadie se la podía quitar.

***

Lucy despertó, ni siquiera se había tapado con alguna sában puesto que cayó dormida. Se movió perezosamente de la cama para sentarse, algo le cayó en las piernas. Era su collar, Lucy sonrió, lo tomó con cuidado y lo depositó en la caja de cerámica que le había regalado su madre.

De repente recordó la noche pasada, Sting… la sonrisa de la rubia creció. No lo podía evitar, es como si fuese un reflejo.

Hmm, hoy comienza la prueba de Sting.

-¿Que horas son?- susurró buscando su reloj de pared.- ¡¿7:00 am?!, Dios, como eres dormilona, Lucy…

Se paró con prisa, dirigiéndose al enorme guardarropas, mucho más de lo que necesito, tomó todo lo que necesitaba y estaba a punto de comenzar a cambiarse cuando se vió en el espejo…

- Ahh, este camisón es tan cómodo…- pero se acordó- Oh.Dios. anoche...¿fui a ver a Sting vestida así, y encima le dí un beso en la mejilla?

Tonta, tonta Lucy ¡Aghh! - se revolvió los cabellos más de lo que ya estaban. Se miró al espejo y notó cómo estaba de roja. Su camisón era azul oscuro, lo bueno es que no se transparenta mucho, tiene dos capas...

Bueno, es tarde -suspiró- tengo que cambiarme rápido, en unos diez minutos Virgo o Loke vendrán avisándome que me esperan para el desayuno.

La rubia se colocó rápidamente un vestido azul claro con un conjunto de mangas blancas y la mitad de la espalda descubierta. Se arregló el cabello en dos colitas y se puso un leve maquillaje. Como a Lucy no le gustaba tanto usar tacones, se puso unas zapatillas de igual color azul. Ok,ok.

Mientras se miraba en el espejo para ver si faltaba algo, Loke tocó su puerta, avisándole que la esperaban para comer.

- Ya voy Loke.

Al cabo de un minuto, Lucy salió. Sting estaba ahí parado apoyado contra la pared.

- Te tardaste.- el rubio lo dijo con un tono divertido, que a Lucy le daban gas de golpearlo, sólo de vez en cuando.

- No tenías que esperarme.

Sting no respondió. Después de unos momentos él habló.

- Me gustaba también lo que traías puesto ayer en la noche…- Sting tenía una sonrisa pícara en  la cara. Lucy se puso roja.

-  D-déjame en paz, tonto.- dijo mientras se tapaba el cuerpo con los brazos. El rubio rió y ella hizo un puchero.

- No te habías dado cuenta, ¿verdad?- Sting la atrajo hacia él en un movimiento rápido, abrazándola. Lucy estaba quieta.

- Igual te ves hermosa.- él le dió un beso en la mejilla.

La rubia hizo un puchero.

Virgo apareció de la nada, asustando a los rubios.

- Ahh Virgo, me asustaste. Nunca he sabido como es que apareces quien sabe de donde.

- Lo lamento princesa, los he molestado en un momento pervertido, ¿es hora del castigo?

Destinos entrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora