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Especiales agradecimientos a _Frozen_Heart_1, que nos hizo una maravillosa portada para El Niño I, corran a ver su perfil, es increíble. 

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Ya faltaba muy poco para acabar afuera, unos cuantos árboles más y todo quedaría listo.
Elsa sacaría el arbolito de la maceta y él haría el pozo, después de todo no sabía cómo tratar con cosas delicadas como lo eran las raíces, no quería echar a perder la actividad que compartía con su niñera y que al parecer disfrutaba de hacerlo.

Cuando decidió el lugar, comenzó sacar la mala hierba, cerca de la mansión pero dándole su espacio para que pudiera crecer sin complicaciones.

Removió el zacate con el azadón. Y pronto escuchó el sonido del vidrio rompiéndose.

Mierda, que no sea la ventana. Pensó.

Levantó la vista y revisó cada parte de la mansión que podía, pero todo se hallaba normal.

¿Entonces qué fue lo que se rompió?

Bajó la mirada, y encontró una botella de leche partida en dos por el filo del azadón. Y con un papel adentro.

Volteó a los costados, buscando alguna señal de la rubia. No había nada que le indicara que se encontrara cerca. Así que se agachó para tomar la carta y guardarla en el bolsillo de su pantalón. Como si no hubiera visto nada, pateó la botella hacia otro lado y siguió con lo suyo.

—¡Hipo, la comida está lista! —le informó Elsa desde la entrada.

—Ahora voy —respondió el castaño. Se sacudió los pantalones, el cabello y los vellos de su pecho, que habían acumulado polvo.

—Primero irás a bañarte, no quiero que te acerques a mí cocina y la ensucies —advirtió ella, cruzándose de brazos y viéndolo divertida.

El muchacho sonrió de lado, y se fue al baño de arriba.

[...]

Hιρσ: Eʅ Nιñσ II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora