𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 | ❝Estoy tan enferma de este falso amor❞
Dices que soy una extraña, que cambié a la que solía gustarte. Dices que no soy yo, que no me conocías bien. ¿No? ¿Que quieres decir con "no"?
¿Amor? ¿Que carajos es el amor?
Es todo falso...
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Hoy era el cumpleaños de una de nuestras compañeras y había hecho una gran fiesta.
Su casa estaba repleta, hasta personas que no estaban en nuestra escuela habían ido. La música en su punto máximo y todos divirtiéndose.
Hasta que te ví, llegaste junto con Hoseok. Te veías sumamente guapo, era imposible no verte.
Te acercaste, mirándome de arriba a bajo colocándome nerviosa. Llevaba un simple vestido negro suelto, con unos botines de tacón guinda.
— Te ves bonita.
Esas simples palabras lograron sonrojarme y causar un revoltijo de emociones dentro de mí.
Uno de nuestros amigos nos llamaron para jugar el famoso verdad o reto, dijiste que tenías que hacer algo primero, así que fui yo sola hacia la terraza, donde en una de las mesas se encontraban todos con botellas de alcohol y vasos en las manos.
Nunca fui fanática de esto, mientras que los demás jugaban me hice a un lado, sólo para observarlos. Namjoon se sentó a mí lado y acarició mí espalda, mientras con su otra mano bebía del vaso que traía. Le sonreí y justo llegaste, miraste con el ceño fruncido la escena, avanzaste con velocidad y quitaste de un movimiento el brazo de nuestro amigo. Namjoon te miro extrañado, pero no le dio importancia, en cambio yo sí.
¿Te pusiste celoso?
No pude retener mí sonrisa. Te mire con curiosidad al ver qué no decías nada. Iba a hablar pero te adelantaste.
— Mi-suk ¿Puedo preguntarte algo?
Asentí y continuaste hablando.
— ¿Yo te gusto? — me había imaginado otra cosa, pero nunca esta pregunta.
No sabía que contestar, mí boca tembló al abrirla, nunca me había pasado esto.
— Porque tú a mí sí, Suk. Me gustas.
Dijiste con tono firme, pero con una sonrisa al final.
¿Era una de tus bromas? Porque me ilusionaste mucho cuando esas palabras salieron de tu boca.
Tomaste mí mano y me llevaste hacia una de las esquina del lugar.
— Dame un beso, por favor. Sólo uno. — susurraste suplicante mientras te acercabas.
No te lo pude negar, porque era algo que yo también deseaba.
Sonreíste cuando moví mí cabeza, apoyaste tu mano en la pared y acercaste tu rostro al mío juntando nuestros labios en suave beso.
Pero que tonta fui.
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