PRÓLOGO

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Vergüenza

Eso era exactamente lo que sentía en estos momentos

Pero esta no se debía al hecho de estar parada frente al grupo más conocido de "perdedores" en mi escuela, protegiendolos.

No. Estaba avergonzada del chico frente a mi, Henry Bowers. El chico al que llegue a considerar como mi mejor amigo durante años, ya no era más aquel niño agradable y burlón. No, Henry ya no era el mismo de antes. Eso me había quedado más que claro en el momento en el que pasó su mano llena de saliva por la mejilla del chico oji-verde

-Basta ya, Bowers -a pesar de lo que puedan creer. No. De hecho no llegue al lugar hecha una completa furia y gritando como si fuera la ama y señora del lugar, en cambio, deje que mi voz saliera lo más neutral que mi agudo tono natural me permitió. Pero los que me conocían al mínimo, categoría en la que desgraciadamente entraba Henry, sabían que un tono indiferente de mi parte era mucho más peligroso que cualquier grito o insulto.

Henry me miró con los ojos abiertos de par en par, como si no pudiera creer que yo tuviera las agallas para hacerle frente, pero hacía ya bastante tiempo que él no me conocía tanto como creía.

-¿pero qué haces avecilla? -su tono de voz frío y burlón me dejaban más que claro que, ahora, para él el mote que con tanto cariño había usado en el pasado ya no era más que otro juego, otro motivo para burlarse. -Largo de aquí, esto es demasiado para alguien como tú

-¿para alguien como yo?¿te refieres a la chica que te rechazó?¿qué pasa?¿herí tu pequeña he insignificante masculinidad, renacuajo?- pero dos podían jugar este juego, y para mi suerte, el mote que hacía tantos años le había puesto era bastante más ridículo que el mío.

Henry solo me vio totalmente enojado, tal vez sintiéndose derrotado por las risitas de burla que incluso su par de gorilas habían soltado.

Yo había ganado, eso estaba más que claro. Pero, para Henry, nada salvaba más un fracaso que el uso de la fuerza, con golpes en realidad.

Pero su puño se detuvo justo antes de llegar a impactar contra mi rostro.

Yo no había sido la responsable de esto, de ser capaz de algo así, hacía ya tiempo que le habría hecho frente al matón frente a mi al que solía llamar mejor amigo.

No, el responsable de parar aquel golpe había sido un oficial de policía, para la muerte de Henry, era el oficial Bowers. El padre de Henry y mi padrino.

-¿pero que rayos haces, Henry? - John parecía verdaderamente enojado. Y para un hombre normalmente relajado, el que se mostrara tan alterado era un claro indicador de que esto no era una simple rabieta.

Dirigió a su hijo hacia su patrulla, lo cierto es que no creí que llegara a tal extremo, pero para este punto tal vez era lo mejor para Henry, darle aunque sea un pequeño susto.

Igual me sentía mal por haber llevado a Henry a tal extremo, y me odiaba por sentirme así.

-¡que te diviertas, cariño!- bueno, el que me sintiera culpable tampoco me impedía burlarme un poco. La culpa desaparecería, el recuerdo prevalecería.

Escuché unas cuantas risitas detrás mío.

Henry me gruñó y su padre me dio una mirada desaprobadora, aunque su sonrisa delataba el hecho de que ya no estaba tan enfadado como antes, John nunca había logrado permanecer enfadado durante mucho tiempo.

-Y bien, soy Lena -extendí mi mano hacia el que parecía liderar aquel curioso grupo al que momentos atrás defendía de mi antiguo héroe- ¿Cuáles son sus nombres?

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La historia estará en edición para tener una mejor imagen

Little Bird | ITWhere stories live. Discover now