Después de tantos años, los Vulturi deciden reclutar a nuevos vampiros para su guardia, quedando entre cien de ellos solamente ocho vampiros gracias a sus dones excepcionales.
Los reyes Vulturi estaban fascinados por los nuevos miembros, emocionados...
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—Soy Athenedora Vulturi.— le respondió aun sonriendo.— y se quien eres.
—¿Ah si?— preguntó curiosa, agradeciendo al de arriba que no pudiera sudar ya que estaba segura que sudaría como agua al haber chocado su mano con la belleza en frente suyo.
—Eres la neófita que saca de quicio a mi esposo.
Auch.
—Oh...— hizo un puchero.— ya estas casada.
>>¿Por que todas las que me atraen ya estan en algo?<<
Se preguntó asi misma cruzandose de brazos, molesta.
La peliblanca alzó una ceja al escucharla decir eso, dándose cuenta que ni siquiera había prestado atención a las palabras que había dicho.
—Si..— habló con dudas la reina.— estoy casada con.. Caius.
—¿Con ese? ¿Que le viste?— preguntó de vuelta, mirandola con el ceño fruncido.— es una rubia diva e histérica...
》En serio... ¿Que le viste? 《
La reina frunció el ceño confundida.
—Bueno... puede que sea algo histérico.— confesó agarrándose el mentón y poniéndose a pensar.— y si... la mayoría del tiempo puede que se comporte como.. ¿Como dijiste, "Diva"'?— le preguntó a la neofita que al verla asentir con la cabeza, siguió.— pero debo admitir que es muy bueno en la cama.
Paola arrugó la nariz de desagrado y dijo.
—Iugh, no queria saber eso.— comentó, para luego sonreír ladinamente.— pero te puedo asegurar que yo soy mejor.
La peliblanca abrió los ojos sorprendida y sonrió ladinamente.
—¿Me estas coqueteando?
—Mejor dicho...— sonrió la neófita, apoyando una mano en la pared, para parecer más cool.— te estoy tirando una indirecta.
Le guiñó el ojo dos veces.
La reina se rió divertida al oírla decir aquello.
—Realmente estas buscando a la muerte.
Paola se encogió de hombros al escucharla decir aquello y dijo.
—¿Que mas da? Ya estoy muerta.
—Athenedora.
Paola y la peliblanca miraron en la dirección de aquella voz suave y angelical. En donde los orbes rojizos de la neófita brillaron al encontrarse a otra diosa ante sus ojos. De cabellos largos y negros, lacios, piel pálida como la nieve, orbes rojizos, cejas perfectas oscuras y labios finos.
