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¿Cómo era posible que parpadeara y ya fuera fin de semana? Jongin no lo comprendía.

Se removió en la cama del apartamento de su hermano, se sentía tan estúpido. Se fue al extranjero a estudiar para cumplir su sueño pero las cosas no salieron como planeó. Ahora tenía que ir a una celebración donde había gente extraña con la cual no tenía nada en común.

Tal vez en el pasado haya sido parte de una familia adinerada pero ya no era ese chico, ya no vivía así. Su padre un abogado, y él un mimado sobre exigido. Porque por más mimos que le hayan dado, siempre pedían y exigen más, más y más. Estaba acostumbrado a trabajar bajo presión porque se crió asi, esa era la razón por la cual no le afecta el trato de Do, Y pensando en Do, lo detestaba. Era tan malditamente perfecto con sus trajes Channel y esos labios famosos, no pensemos en su cabello o piel porque se perdería la racionalidad en el alfa. Se maldijo un millón de veces.

Se levantó de la cama y fue directamente a su clóset, no sabía que usar para la ocasión y no quería dejar mal a su hermano. Pensó en la razón de que asistiera a ese lugar, su hermano y sus cachorros, sus sobrinos, su familia. Los Rostros de los tres aparecieron en su mente. Tomó un Jean y una simple camiseta negra. Miró la hora, debía vestirse rápido. Chanyeol pasaría por él en cualquier momento. Se quitó la ropa que tenía puesta quedándose solo en boxers. Se puso la camiseta y escucho el timbre sonar. Salió de la habitación con el jean en mano y abrió la puerta esperando encontrar a su cuñado pero se equivocó, Do Kyungsoo se encontraba detrás de la puerta. El pelinegro enarcó una ceja.

-¿Te falta mucho? -cuestionó mirándolo de pies a cabeza, el moreno miró su jean en mano. Supongo que si -el pelinegro ni siquiera preguntó cuándo ingresó al apartamento.

Error ¿Por qué demonios se tenía que meter al apartamento de su empleado? El lugar apesta a café con toque de menta, características del alfa. No era desagradable pero no quería que le agradara. Miró con atención la naturaleza y gracia con la que se movía Jongin sin prestarle la más mínima atención. Sin el uniforme se veía más relajado y juvenil, su madre tenía razón. Kim tenía lo suyo. Su vista quedó fija en las manos del castaño, tan grandes y morenas. Kyungsoo se relamió los labios.

-Creí que Chanyeol vendría por mí -hablo Jongin tratando de distraerse. No era normal sentirse así, dios, se siente sofocado por las ganas ¿Cómo hacia Do para verse tan bien con una camisa holgada y unos simples jeans?

-Fue idea de mi madre que viniera por ti-informó restando Importancia. -Le gustas.

-¿Qué? -inquirió asombrado terminando de alistarse. Se agradeció mentalmente por haber sido adoctrinado con el tema de mantener el orden.

-Nada ¿Estás listo? -habló perdiendo la paciencia.

-Kyungsoo no estamos en la empresa, no voy a soportar que seas desagradable.

-¿Disculpa? -camino hasta plantarse frente al alfa. - Mide tus palabras, no quiero tener que despedirte. No por Baek.

-¿No sería eso poco profesional?-le cuestionó acercando su rostro al contrario. -¿No sabe separar la vida laboral con la personal, joven Do?

Touché. -se burló su lobo.

Se quedó en su lugar ¿Qué? Está era la segunda vez que no cruzaba por su cabeza nada coherente para contestarle. Parpadeo repetidas veces cuando Jongin se alejó y busco su móvil para después caminar hasta la puerta

-¿Nos vamos, Do?

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El viaje en el auto fue completo silencio, Kyungsoo todavía pensaba en lo sucedido en el apartamento. Se odiaba a sí mismo, a su lobo mejor dicho. El café es delicioso.

Mi jefe omega  🐺  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora