Capítulo siete

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Mean se apartó rápidamente al más joven y acto seguido se levantó del sofá.

—Oh joder, no...no, esto no pude ser... Yo soy su guardaespaldas.

—Deja de tratarme de usted... Soy solo Plan y si puede ser—susurró éste aún mareado por el increíble beso que se habían dado.

El guardaespaldas se moría por seguir besándole e incluso hacerlo suyo allí mismo pero tenía un cometido que cumplir, una responsabilidad y no podía dejarse llevar solo por un instinto.

—No, esto no está bien—dijo finalmente dando pasos hacia atrás.

El más joven lo miró asombrado y también algo triste.

—Phiravich ¿por qué me tratas así?, yo quiero besarte, me gustas... Jamás me había sentido tan atraído por alguien.

El moreno resopló.

—Mira, en otras circunstancias no dudaría en que esto siguiese adelante pero yo debo protegerte... Además eres muy joven y tienes mucho por vivir.... Mi vida es muy complicada y esto la complicaría aún más.

—¿Acaso no te gusto?, ¿es eso?, ¿Crees que soy poca cosa para ti?—preguntó Plan con los ojos húmedos.

El policía estaba a punto de coger algo y romperlo, sentía una enorme frustración al verlo llorar y ser él mismo el causante de sus lágrimas.

—Respondeme, ¿acaso es eso?, ¿crees que por tener dieciocho y tu veintiocho, no soy suficiente para ti?.

Mean sonrió irónicamente y luego volvió a acercarse a este, el cual secaba sus lágrimas con su mano  mientras abrazaba un cojín.

—Créeme, tú eres precioso y muy dulce como no pensé que podrías serlo... Estaría loco si dijese que no me gustas, al contrario me encantas... No debes infravalorarte porque tengas solo dieciocho años pero yo soy tu guardaespaldas y estoy aquí para protegerte y eso haré, aunque sea de mí mismo.

El chico lo miraba fijamente mientras hacía un puchero con su boca y sus ojos volvían a humedecerse.

—Pero yo quiero estar contigo, nadie lo sabrá si no quieres.

El mayor acarició su cabeza y le dio un tierno beso en la frente.

—Oh joder, eres tan adorablemente hermoso mi niño pero no puede ser, lo siento.

Después de eso, Plam se levantó del sofá y rápidamente subió las escaleras hasta su habitación donde entró y se tiró en la cama, abrazó su almohada y se echó a llorar.

El policía resopló con frustración y acto seguido golpeó la pared, ya que  rechazar al chico había sido lo más duro que había hecho en su vida.

—Maldita sea...espero que sepas lo que estás haciendo—se dijo a sí mismo y luego subió las escaleras para ver si este necesitaba algo.

Al día siguiente, tras desayunar con sus padres y luego despedirlos, el chico, subió a arreglarse para ir a clase.

Al bajar unos minutos después, buscó a Phiravich en la cocina pero no estaba, entonces la cocinera le dijo que ya estaba esperándola fuera.

Cuando casi llegaba al aparcamiento, este vio a su guardaespaldas junto al coche que sus padres le habían regalado meses atrás.

El policía le estaba mirando también y luego tras decir algo que él no alcanzó a escuchar, empezó a reírse.

—¿Acaso vas a un desfile o a tú Universidad?.

Plan quería parecer más mayor y atractivo ante los ojos de este y acto seguido tiró la mochila en el césped y comenzó a posar.

Plan quería parecer más mayor y atractivo ante los ojos de este y acto seguido tiró la mochila en el césped y comenzó a posar

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—¿Qué tal me veo?, ¿No te gusta?, ¿En serio?—dijo girándose y levantando la chaqueta para mostrar su redondo trasero.

Tras unos minutos cogió de nuevo la mochila y caminó hacia el coche.

—Con esa ropa te confundirán con un famoso y te raptarán—dijo entonces  el guardaespaldas disimulando su nerviosismo.

—Bueno para eso estás tú ¿no?, cobras por protegerme—dijo con sarcasmo Plan.

Este paró su sonrisa y la miró de reojo mientras soltaba un bufido, luego subieron al coche, lo arrancó y condujo hasta el campus universitario.

El más joven se bajó del coche y con su mochila al hombro caminó hacia la puerta del centro para adentrarse, no sin antes colocarse bien un par de veces su traje , bajo la atenta mirada del guardaespaldas que lo observaba junto al coche.

—Tranquilo, no hace falta que me acompañes, me sé el camino de memoria—dijo este intentando sonar serio, aunque por dentro estaba disfrutando de la confusión de su guardaespaldas, el cual lo miraba embobado.

Cuando su protegido salió de su campo de visión, el policía soltó un gran suspiro mientras se ponía la mano en el corazón.

Desde que había visto a Plan  descender las escaleras del jardín de la casa, con esa elegante ropa que le sentaba como un guante, no había parado de desear habérsela arrancado a mordiscos.

—Joder pequeño, vas a matarme....Esto va ha ser realmente muy duro y no creo que sobreviva.

Esto va ha ser realmente muy duro y no creo que sobreviva

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5. Mi nuevo guardaespaldas -Meanplan-Zaintsee//TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora