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No podía ver a Lisa Lisa de otra manera, era bonita pero su tío Speedwagon era el centro de sus pensamientos.

Ya no era un quinceañero caliente, alborotado por las hormonas pero ese sentimiento ya no lo podía dejar.

George estaba consciente que Speedwagon era mucho mayor, que era de la familia y frecuentaba a su madre pero esos besos eran significativos para él.

Pronto ejercería de aviador pero su asunto amoroso no lo dejaba en paz y tenía un plan para convencer al mayor de que le quitara la virginidad. Ya era mayor de veinte años y eso quería.

Pero detrás de eso, estaba enamorado de Robert E. O. Speedwagon.

No quería casarse, quería solamente ser feliz pero el calor lo conducía a esos pecaminosos deseos y no era feliz porque el mayor se negaba a pesar de que correspondía y se derretía en sus brazos.

Moría por tomarlo, abrazarlo y besarlo, descargando su lujuria reprimida. Odió a su sargento por no dejarlo pensar lo que mas deseaba. Pero no lo reprimía en sus sueños.

A los quince, después de que el mayor se negara a besarlo, George desarrollaba el gusto por masturbarse. Para la época era mal visto pero su excitación no le permitía pensar en algo que no fuese el mayor y ese deseo.

Igual, en sus sueños eróticos, típicos de un adolescente, el protagonista era su tío Speedwagon. Soñaba con perder su virginidad.

Que el mayor lo tocara, lo besara y más cosas que aún le daba vergüenza.

En la actualidad, no podía hacer mucho porque el mayor estaba ocupado con los negocios de la fundación.

Tenía que aprovechar o sino se volvería loco pero cuando su madre sostenía un álbum de fotos en donde estaba su padre Jonathan y su tío Speedwagon de joven, volvió a tener ese sentimiento amoroso que lo perseguía.

¿Qué haría?

***

-Bien Straizo, he estado investigando sobre las máscaras, aun puede que haya posibilidad de que otro se transforme en vampiro.

-Según tengo entendido que destruiste la máscara.

-Sí, aun lo recuerdo pero, no sé. Puede que otro de familia rica los compre.

-Veré si es posible verificarlo.

-Te lo encargo.

George se puso frente a la puerta de la oficina y se apartó un poco cuando el maestro de Lisa Lisa salió de la oficina. Éste le dedicó una mirada seria pero después de eso, lo saludó y se marchó.

Speedwagon acomodaba los documentos sobre las investigaciones y contratos ya hechos, al alzar su vista se encontró con la figura alta y bien formada del hijo de Jonathan.

Suspiró al sobre saltarse ligeramente.

-Siento asustarte, tío pero necesitaba verte.

-Siempre nos vemos en la casa de tu mamá.

-Pero ahí podrían vernos. Quiero hablar contigo.

-Marian nos puede ver...

-Tu secretaria no nos escuchará, está cerrada la puerta.

Speedwagon tragó saliva. Su corazón latía con fuerza y ese calor aumentaba.

-Georgie, por favor comprende. Admito que me dejé llevar por ese deseo prohibido pero quiero conservar ese respeto que le tengo a tu padre y a tu madre. Se sentirán ofendidos.

George suspiró. No se daría por vencido. Tomó la mano del mayor y la puso en su pecho.

-Esos sentimientos aun los conservo. Cuando sabía que visitabas la Academia Militar, rogaba por verte y que retomáramos esta relación y poder besarte.

-Soy parte de tu familia, no quiero manchar esa confianza. Por favor.

-Tío, en verdad te amo.

-Y yo a ti pero esto... Esto tiene que terminar... Yo... Yo nunca tuve una relación. No soy joven, no podría brindarte eso porque solo soy un hombre ya mayor que dedicará su vida al trabajo.

-No importa. Pasé desde los quince verte y hacerlo. Aún te deseo y no descansaré. No quiero que solo hagamos el amor...

-No, esto es muy vergonzoso... Seriamos repudiados.

-Continuaría con tal de que me ames.

-George...

George Joestar tomó con firmeza al mayor y puso sus labios de una manera que hizo sentir a Speedwagon que sus sentimientos no solamente eran de lujuria sino de amor.

Para su edad, seguía siendo pequeño a lado del cuerpo del mas joven... Era demasiado.

-¿Me deseas también?- sostenía con firmeza al que había sido su figura paterna y ahora era su amante.

No estaba arrepentido.

-Si, yo igual... Te deseo pero yo no sabría brindarte ese placer.

-No pasa nada. En mi cama lo brindaré.

Continuará...

Pasión secreta (George x Speedwagon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora