Capítulo Especial: Perdonar al amor

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Melek

Me levanto desganada y sin querer que nadie me moleste. Pero esto se va de paseo cuando veo al sirviente del sultán que todavía lamentablemente reina en mi corazón. Sin esperar más me acerco  hasta donde él se encuentra y este al sentir mi presencia, se levanta del sofá.

—Mi sultana, es un gusto para mi volver a verla —toma mis manos en las suyas y deposita un beso en el dorso de estas.

—Pues para mi no es ningún gusto volver a verte —retiro mis manos de las suyas y me siento en el gran sillón de mi habitación.

—Sultana, el sultán pacto una cita con usted -lo miro con una ceja enarcada y niego.

—No lo quiero ver ni en pintura. Y esa cena suya puede metérsela por donde no sale el sol -el hombre me miro con una pequeña sonrisa en sus labios y después me mostró un celular.

—Creo que tendrá que decírselo usted mismo -rodé los ojos y tomé de mala gana el bendito celular. Y sin más hablé.

—¿Qué quieres idiota? -pregunte y no se hizo esperar la respuesta de parte del sultán que por más que negara todavía gobernaba mi corazón.

—Nunca cambias corazón. Esta noche te espero para que arreglemos de una vez por todas nuestra relación -el sultán colgó la llamada y yo sin poder contenerme lanze el celular hacia alguna parte de la habitación.

—Dile a ese maldito que no iré a su maldita reunión. ¡Maldición! -exploto totalmente cabreada y el mensajero que había enviado el sultán retrocedió lentamente. El hombre salió de la habitación dejándome completamente sola en la habitación.

Por primera vez después que él se alejó de mi me permití llorar. Derrame varias lágrimas y sin poder parar los recuerdos estos llegaron a mi mente.

Estaba muy feliz porque este día cumplíamos diez años de matrimonio. Me levanté de la cama y me sorprendí al encontrar una hermosa flor de color azúl, sonreí y la tomé en mis manos. Mis ojos se posaron en una pequeño papel que descansaba en mi almohada.

Te espero esta noche justamente donde nos encontramos.

Te quiere tu sultán, Selin.

Cuando leí esa palabras mi corazón se aceleró de una manera sin precedentes. Corrí al bañó, me perfume y empecé con mis labores hasta que llegó la noche.

Me vestí y me coloque al frente del espejo. Sonreí y poco después escuché varios golpes en la puerta.

—¡Pase! -dije todavía con una sonrisa en mis labios. Después de escuchar mi orden el hombre quién estaba encargado de ser mi seguridad ingreso  a la habitación y la verme se quedó congelado en el piso. —¿Ya es hora? -pregunte y el hombre asintió. —Pues vamos entonces.

—Sultana, yo.. -lo interrumpí.

—Vamos que Selin a de estar esperando. -el hombre me dió una mirada y en ella podía ver la tristeza, pero aún con eso no me detuve.

Camine por el palacio con una sonrisa en mis labios y cuando llegue a la terraza del palacio mis ojos se abrieron como platos al ver la hermosa decoración que adornaba el lugar. Camine por el lugar totalmente encantada y la sonrisa que llevaba en mi rostro se apagó al ver una escena que me partió por completo el corazón.

¿Gorda Yo? ¡Gorda Tu Abuela!®© (Completa)✔ [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora