XVIII

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No podía moverme, mis pies no reaccionaban, el miedo me empezó a consumir lentamente mientras miraba cómo Jayce agonizaba en el suelo, grité cómo loca.

—¡JAYCE! ¡JAYCE!

Sabía que era inútil llamarlo, no podía hacer nada, Jayce había muerto.

Mi celular empezó a vibrar en el suelo de la habitación, lo cogí y tenía una llamada entrante de Laurel. Me apoyé en la puerta y atendí ofuscada.

—Mataron a Jayce —deshice llorando.

Escuché a Laurel sorber y soltar un chillido.

—Laurel lo sie... —intenté decir, pero una patada con una fuerza inesperada logró derrumbarme junto con la puerta. Al instante recibí todos los gritos, explosiones, y disparos que se escuchaban en el exterior con más intensidad.

—Vamos por esa filho da puta —dictaminó Laurel que se encontraba parada en la puerta con una furia en su mirada, pero lo que más me causo dudas era que llevaba una mochila en su espalda llena de flechas, unos pantalones militares, una camiseta táctica de combate negra y un arco.

—¿Cómo? —pregunté totalmente atónita.

—No sé, pero hay que matar a esa hijue...

—No no no —repetí mientras me levantaba del suelo—. Hablo de ¿cómo lograste salir de tu cuarto?

—No lo hice, fingí entrar al cuarto, pero ni por el putas me iba a quedar allí, así que me dirigí al otro cuarto donde se había cambiado Tirria y me escondí ahí.

Le propiné un beso en los labios por la emoción y solté—: Eres la puta ama.

—Somos Tiara —sacó una daga, me la entregó y terminó—. Somos las putas amas.

—¿De dónde sacaste todo esto? —pregunté emocionada mientras admiraba la daga y todo su equipo.

—En la habitación había todo un arsenal, menos pistolas —contestó Laurel.

Tratamos de llamar al celular de Maete, pero como cosa rara no contestó, llamamos a la policía y nos habían dicho que no demoraban en llegar, pero sabíamos que se iban a demorar tres años, y nos pusimos en modo "team Arrow".

Ya a punto de salir de la habitación una granada aturdidora nos sorprendió dejando unas ondas eléctricas entre nosotras. Nos hizo retroceder obligando a soltar nuestras armas hasta que llegamos al final del largo pasillo y caímos al suelo. La granada explotó y mi vista empezó a reflejar rayos blancos cómo si una lluvia de paparazis me estuviese acribillando con fotos. La ceguera no duró tanto, pero si me dejo atónita, Laurel estaba igual que yo, no podíamos ver muy bien por las ondas que este había dejado. Todo el polvo de la casa se manifestó y de repente en las escaleras subieron dos figuras humanas con lo que parecía ser un bate de beisbol desde mi perspectiva. Mi vista se aclaró completamente y me di cuenta que eran tasers.

Las personas llevaban una mascara de un panda. Y corrieron hacia nosotras para electrocutarnos, pensé que ese iba a ser nuestro fin.

Hasta pensé «duró más una recarga de mil que nosotras haciendo de team arrow".

Los sujetos ya estaban preparándose para golpearnos con esos palos electrificados. Laurel y yo estábamos abrazadas esperando el corrientazo y al no sentir nada, abrimos los ojos.

Los sujetos estaban desplomados con un shuriken en forma de triángulo detrás de sus cabezas.

Puse mis labios en forma de "o" cuando lo vi.

Era el señor misterioso con ojos grises que me encontré la vez que fui al pent-house de Tirria. Llevaba una pistola en su mano. Pero detrás de él salió la persona que menos me esperaba ver.

FAMILIA MAETESTEIGER [TERMINADO]Where stories live. Discover now