NO HOMO BRO

21. Rescate

-Alex-

Mirando a la nada, contaba. En mi mente el número aumentaba a la vez que pasaban los segundos. No tenía forma de saber que hora era, por lo que esto era lo mejor que podía hacer. Tampoco obtendría la hora exacta, pero sí una aproximación.

A la vez, pensaba en formas de escapar. Tenía que hacerlo lo más pronto posible, o aquel tipo se pondría impaciente al ver que mi padre no responde al secuestro y podría desahogar su ira en mí. Ese ahora mismo era mi mayor miedo.

Observé nuevamente mi alrededor. No importa cuántas veces lo haga, no se me ocurría nada que pudiera utilizar para escapar.

Estaba muy cansado, por más que tratara no podía pensar claramente, por lo que a veces lo único en lo que me enfocaba era contar, contar los minutos, las horas, hasta formar una idea de la hora actual. Ni si quiera sabía si eso me ayudaría realmente. De lo único que estaba seguro era que habían pasado aproximadamente cinco largas horas.

Con un crujido el portón de metal se abrió, y de él apareció aquel hombre con una ligera sonrisa. Sostenía una bandeja con comida en una mano.

Lo miré un segundo antes de mirar hacia otro lado.

Él se sentó en esa pequeña silla de madera, puso la bandeja sobre sus muslos. Me miró fijamente durante un rato.

—Mira hacia acá, te daré de comer.

No respondí, y seguí evitando su mirada.

Suspiró.

—Necesitas comer, estoy seguro que te mueres de hambre. Mírame.

Dudé, pero me mantuve firme y seguí tal cual, mirando hacia mí derecha.

Pronto sentí como me agarraba de las mejillas con una mano, obligándome a girar mi rostro y verlo. Me miró durante unos instantes antes de, con su otro mano, agarrar un pedazo de pan y meterlo en mi boca a la fuerza.

No luché más y comí aquel pedazo bajo su mirada. Tenía hambre, sin embargo no apetito.

Era vergonzoso que me tuviera que dar en la boca, tenía la pequeña esperanza de que liberaría al menos una de mis manos para poder comer. Pero al parecer esa era solo una simple fantasía.

Después de un rato, en el que terminé de comer obligado, él se fue. Solté un suspiro de alivio cuando ya no pude ver su figura, no lo quería cerca por ningún motivo.

Volví a estar solo, atado y adolorido, sin saber que sería de mí en el futuro.

Pronto ya no lo pude aguantar, estaba muy cansado, tanto mental como físicamente. Mis ojos se cerraron casi por voluntad propia, intenté evitarlo un par de veces pero mis párpados eran demasiado pesados. A penas cerré los ojos me dormí. Con el miedo de tener una pesadilla.

♡♡♡

Fuertes golpes junto con el sonido de varios hombres me despertaron. Di un leve salto de sorpresa. Desde que llegué a este lugar siempre había sido bastante silencioso. Por lo que no podía pensar en que estaba sucediendo para que tal estruendo llenara el lugar.

Me sacudí el adormecimiento y escuché con atención, los estruendos se hacían cada vez más cercanos. Me asusté.

Pronto el portón de metal se abrió, y por él entraron varias personas armadas. Abrí los ojos a más no poder, esto era demasiado absurdo, se parecía más a una película de Hollywood que a la realidad.

Unos cuantos de ellos se acercaron a mí,  con cuchillo en mano. No alcancé a aceptar mi muerte cuando de repente tenía las manos libres, para luego también los pies. A pesar de que tenía la libertad de moverme no me atreví a hacer ningún movimiento. Estaba en blanco. ¿Qué estaba pasando ahora?