Capitulo 32 Ojos rojos metálicos

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*Primer día de clases*

El inicio de clases fue un caos, nos cambiaron de salón cuatro veces, y la clase que tuve con Anna estuvo llena de provocaciones e insinuaciones de su parte, intenté disimular lo mejor que pude pero no estoy del todo segura de haberlo hecho bien.

Según el horario tenía clases con Erika, pero no llegó ... ¿ella estaría bien? ¿Por qué habría faltado?, no pude evitar sentirme extraña y preocupada.

En el receso estuve con Hugo y sus amigos, todo iba bien hasta que Lizbeth apareció y me pidió hablar

Lizbeth: ¿Cómo estás? - reparó en mi mano vendada

Astrid: Bien, ya casi no duele ¿y tú?

Lizbeth: Preocupada, Astrid ... ¿Por qué no lo intentas con Bruno? Él te quiere Y - la detuve

Astrid: Liz... Quiero a Bruno, pero sólo como amigo

Lizbeth: Ya veo -expresó desanimada y se marchó dejándome con un aire de soledad

Hugo: Astrid... ¿Estás bien? - se acercó a mi y negué con la cabeza - ey ¡¡ Ánimo !!, ¿Te gustaría hacer algo? No quiero verte triste

Astrid: ¿Qué haría sin ti?- expresé de mejor ánimo

Hugo me llevó a un estudio de baile, tomamos unas divertidas lecciones en pareja, quedando totalmente agotados.

Hugo: ¿Cómo te sientes?- su respiración era agitada debido al ejercicio

Astrid: Me encantó -dije también agitada - bailas muy bien- mi estómago hizo acto de presencia con un vergonzoso sonido- y me estoy muriendo de hambre- le hice pucheros y él sonrió

Hugo: ¿Pasamos a cenar? luego te llevo a casa - acepté encantada

Llegamos a un restaurante con temática de los 70's

Nos sentamos en una esquina escondida que tenía una ventana que dejaba ver la calle, pedimos unas malteadas mientras llegaban nuestras hamburguesas, charlábamos de todo un poco y reíamos constantemente

*Hugo tomó mi mano y me miró a los ojos*

Hugo: Astrid, quiero agradecerte tanto... gracias a ti me siento mejor persona, ¿sabes?... eres la única en quien confío - tomé de igual modo su mano

Astrid: Tú también me haces mejor persona Hugo- sonreímos y por inercia volteamos a la ventana, en la cual se encontraban Bruno y Lizbeth mirándonos a Hugo y a mi tomados de la mano

Lizbeth me miró expectante y Bruno tenía semblante de ira y desilusión, Hugo y yo inmediatamente soltamos nuestras manos pero estos se marcharon.

Mesero: Aquí están las papas fritas- las asentó y se fue

Hugo: Habrán pensado mal de esto ... - tomó una papa y me miró preocupado

Astrid: Lo siento Hugo, sé que es tu amigo y ahora por mi culpa estás en problemas

Hugo: No, no, Astrid ... tú le dijiste a Bruno que te gustaba "otro" - hizo comillas con sus dedos- él debería respetar tú decisión

El resto de nuestra cena fue tranquila y divertida, salimos al estacionamiento para irnos a casa, pero alguien se nos apareció de la nada sin previo aviso

Mi profesoraWo Geschichten leben. Entdecke jetzt