Una sombrilla de colores.

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1996

El sol brillaba sobre el parque "West Side" ubicado en la bella ciudad de Doncaster, Inglaterra.

Los amigos reían y se abrazaban, los amantes se besaban y tomaban sus manos, las familias compartían sus días libres con sus pequeños y los ancianos se sentaban en los bancos de madera y rociaban el camino con maíz para que las palomas se acercaran y comieran de estas.

En determinada casa color azul y con blancas ventanas, la cual estaba ubicada en el centro de Doncaster vivía un muchacho de cabello castaño liso. Eran apenas las nueve de la mañana de un sábado y ya estaba preparando su bolso para pasar el día en el parque junto con sus amigos, ya que con dieciséis años era lo que más esperaba.

No era de esos que les gustara salir de fiesta cada fin de semana, además de que su madre no lo dejaba, él y sus amigos preferían jugar un partido de futbol el sábado por la tarde y el domingo comer pizza y mirar un partido de futbol, jugarlo en la playa o quizás, uno pequeño en el patio trasero de alguno de ellos.

- ¡Louis!- exclama su madre desde su habitación, se escuchan ruidos de como si estuviera revolviendo su guarda ropas. - ¿Has tomado el protector?

Louis cierra los ojos cuando oye a su madre chillar, asiente y sigue ordenando su bolso.

- ¡Louis!- vuelve a llamar, el levanta su mirada y ve a su madre apoyada en el marco de la puerta de su habitación. Lleva unos pescadores color caqui junto con una remera de color amarillo, su cabello negro esta suelto y no lleva nada en los pies. - ¿has tomado...?

- Que si ma. - el oji-azul se da la vuelta, toma dos remeras de su guarda ropa para meterlo dentro del bolso, luego un pantalón y unos botines.

- ¡No guardes la ropa así!- se acerca al bolso de su hijo y saca la ropa que hay dentro de el. - Yo la ropa la plancho para algo pequeño. - Acaricia la cabeza de su hijo y dobla la ropa delicadamente sobre la cama. - ¿No llevas el balón?- hace un gesto con su cabeza hacia el desinflado balón color azul que hay junto al escritorio de su hijo.

- Esta viejo. - Louis se acerca a él y lo patea, este apenas gira. Se lo había regalado a su padre para su cumpleaños número cinco, había sido su primer balón, gracias a ese objeto se había decidido por ser jugador de futbol y se aseguro de que lo seria.

Su madre coloca sus manos en su cadera y observa a su pequeño, no tan pequeño. Es bastante bajo para su edad pero ella no se lo dirá, no tiene porque.

- El bolso está listo, déjame calzarme y tomar mi bolso, ya saldremos.

Louis rebusco en su guarda ropa y tomo una remera color bordo y unos shorts que le llegaban por la rodilla, de jean y obviamente sus van color negro.

El micro que los llevaría al parque partía a las 11 y ya eran las 10:15, debían apurarse, porque si el bus que los llevaba a la estación se retrasaba perdían el viaje y había sido caro como para perderlo.

- ¡Listo! vamos, vamos, vamos. - dijo su nade saliendo apurada de su habitación, Louis a último momento tomó el viejo balón y lo guardo en su bolso para luego seguir a su madre y salir del pequeño apartamento.

Mientras tanto en Cheshire, había un muchacho enterrado en su almohada, mientras una mata de rulos cubría su cabeza y gran parte de su rostro. Con sus manos tapaba sus ojos y trataba de presionar la almohada contra sus odios para no oír a las chillonas de sus hermanas. Porque vivir con seis chicas no era nada fácil.

Las dos más pequeñas, Carol y Muffy de seis años -así le decía él, aunque su nombre era Madeline- entraban y salían de la habitación cada minuto, sacando y devolviendo diferentes muñecas que llevarían a la casa de su tía en Doncaster.

Nice hat.Where stories live. Discover now