01

1.3K 141 44
                                    



« sᴜs ᴏᴊᴏs ᴇʀᴀɴ ᴅᴏs ʟʟᴀᴍᴀs ᴇɴᴄᴇɴᴅɪᴅᴀs ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴍɪʀᴀʙᴀɴ ᴄᴏɴ ᴘᴇᴛᴜʟᴀɴᴄɪᴀ »

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

SUS ORBES esmeraldas con toques añiles observaban al alumnado presente ante ella, los cuales en total silencio la observaban expectante desde sus asientos con suma curiosidad, ya qué no poseía las características faciales de una japonesa promedio, por lo cuál las miradas escudriñantes no se hicieron esperar.

Se encontraba nerviosa, sentía como sus delgadas manos sudaban ligeramente debido a la presión que sentía, aún no podía creer que se había mudado de país tan de golpe, y como si fuera poco al otro día debería de asistir a clases normales por el resto del año.

Aunque debía de estar acostumbrada a aquellos extremos cambios, después de todo, desde que sus progenitores se divorciaron y tomaron caminos distintos estaba de aquí y de allá, siendo simplemente una carga para aquellos que consideraba padres.

Simplemente era una muñeca la cuál pasaba de mano en mano cuando uno de los niños se aburría, pero, ¿Qué podía hacer?, esa era su vida después de todo.

La voz dulce de la profesora la saco de sus pesadas memorias.

—Adelante, presentate ante la clase—Alegremente la profesora de turno, la cuál le dedicaba una de sus mejores sonrisas.

Paso inmediatamente saliva por su garganta tratando de mitigar los nervios acumulados que sentía, a pesar de que su padre era japonés, no dominaba a la perfección el idioma, por lo cuál con temor esperaba no decir algo incoherente.

Dejo escapar un suspiro para así, tomar valor y proseguir a musitar apenadamente:—Mi nombgre es Hiray Amelie, esgpego que nus llievemosg bien.—Su marcado acento la delató, provocando que los estudiantes presentes se asombraran levemente ante aquél hablar inusual extranjero.

Sintió el suave tacto de una mano posarse sobre su hombro, al llevar sus curiosos orbes hasta aquella parte de su cuerpo pudo divisar la femenina mano de la profesora, la cuál la alentaba a tomar asiento junto a alguno de sus compañeros, para así, comenzar con la ansiada clase de aquella mañana.

A pasos nerviosos se encaminó en la búsqueda de algún asiento ante la atenta mirada de cada uno de sus ahora compañeros de clase. Busco con la mirada algún puesto disponible, deslumbró en apaciguedad al vislumbrar cómo al final de los extensos asientos había conseguido uno desocupado, lo único malo de aquéllo era qué estaba al final de las filas, en el fondo del aula.

Al llegar inmediatamente tomó asiento, para así colocar su pequeño bolso escolar sobre sus piernas, a la par que abría el mismo para comenzar a sacar todo el material escolar que necesitaría durante las próximas horas de la extensa clase, de repente, entre sus manos saltó escurridizo su borrador hacia el suelo llegando en un ruedo silencioso hasta detenerse a la par del asiento a un costado de ella.

Con pesadez se inclinó un poco mientras trataba de alcanzarlo, a la par que estiraba la mano en un intento de poder tomar aquella goma.

En total sorpresa sus orbes cartujos deslumbrantes expectaron como su conpañero, el cuál se encontraba sentado en el asiento contiguo al de ella, tomaba entre sus masculinas manos aquél pedazo pequeño de borrador. Pensó en su torpeza que le entregaría lo que le pertenecía, pero tal fue su asombro al vislumbrar cómo aquél chico guardaba aquél borrador dentro de lo más recondito del bolsillo de su pantalón.

Anonada llevo su mirar expectante hacía el autor de tal horrenda hazaña, el cuál yacía tranquilo sobre su asiento prestando toda la suma atención necesaria hacia la clase, por lo cuál Amelie se dio el lujo de detallar las facciones varoniles de aquel ladron despiadado, notando; un revuelo salvaje de cabellos rubios cenizos, seguidos de unas cejas fruncidas en una expresión de total disgusto, además de aquellos finos labios, los cuales se delineaban en un tenue puchero de incomodidad, mantenía aquella expresión sobre su semblante como si todo a su alrededor le disgustara de sobre manera, parecía hasta incluso...enojado.

—¿Qué me ves?—Preguntó en total altaneria aquél muchacho. Notando así aquellos penetrantes orbes de color rubi intensos.

A pesar de que le había hablado de manera tan ruda, no quitaba que aquél chico era extremadamente guapo. Facilmemte podría ser el modelo ideal para la nueva línea de ropa masculina que sacaría su madre a la venta.

—Limpiate las babas, te ves patética mirándome así—Gruño en desagrado dejando escapar un exhalo de aire, mientras desviaba su incomoda mirada hacia el pizarrón, los intensos ojos de esa maldita chica francesa le colocaba los pelos de punta, era desagradable.

Amelie sintió como una gota bajaba en total rapidez por su frente al escuchar las semejantes sandeces salir se los labios del contrario, por lo cuál llevo su mano hacia él extendiendola un poco, para así, tocar suavemente el hombro del muchacho con su dedo, el masculino en cuestión rápidamente dirigió su disgustado mirar en una mueca de desagrado, para así dejar escapar un leve gruñido de lo más profundo de su garganta en modo de amenaza por si se le ocurría volverlo a tocar.

Al parecer lo que más hacia ese chico era gruñir.

—Disculgpa...—Pronunció dudativa Amelie, para así señalar sutilmente el bolsillo de su pantalón.—Tiegnes algo que egs mio—Aclaro, refiriéndose a su borrador raptado, el cuál yacía enjaulado en aquella carcel de tela escolar.

El muchacho en cuestión sonrió con sorna, a la par que rebuscaba dentro de su bolsillo aquello que la chica se refería, el encontrarlo lo sacó, para así sostenerlo entre sus dedos y musitar con una voz grave y de total burla:—¿Esto?—Se refirió al pequeño borrador con forma de gatito el cuál reposaba finamente sobre sus fuertes dedos. El masculino en cuestión observó detenidamente como la fémina aún lado de él asentía afirmativamente con la cabeza, pareciendo un pequeño cachorro obediente, ante aquéllo la sonrisa de superioridad se ensancho entre sus labios—Ya es mío, así qué no molestes maldita francesa.—Aclaró con molestia dirigiendo su mirar rojizo hacia delante, mientras una fina sonrisa de autosuficiencia se dibujaba de nueva cuenta sobre sus labios, al parecer tendría a otra persona para molestar a parte del bastardo de Deku.

Amelie se descoloco por completo, ante las palabras pronunciadas del muchacho a su costado, primero era, ¿Por qué ese chico gruñon querría apoderarse de un simple borrador con forma de felino en miniatura?, no lo sabía, pero tampoco arriesgaria su vida para preguntarle.

Y lo siguiente, le dijo «maldita francesa» no sabía con exactitud si sentirse ofendida ante aquéllo o, impresionada porqué ella jamás mencionó que era francesa, al parecer el muchacho lo había deducido por su cuenta, dando a entender que era muy perspicaz y observador.

Ante todo aquéllo una sola cosa rondó por su mente en modo de una asegurada y permanente advertencia.

Debía tener cuidado con aquél chico de aspecto feroz, el cuál parecía un gran dragón enojado.


▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

BOAH | BAKUGO KATSUKIWhere stories live. Discover now