Cielo Gris.

1.9K 91 1
                                    

Después de haber escuchado todo lo que me dijeron la verdad es que no me sentía nada bien, y por más preguntas que tuviera, lo mejor era irme a descansar y regresar el día siguiente.
Ingrid me ofreció quedarme en su departamento pero la verdad es que aún no confiaba mucho en ella.
Nathan hizo lo mismo pero les dije que lo mejor era regresar a casa para no levantar sospechas.
Y aunque ellos protestaron al final aceptaron, aunque Nathan de mala gana, y me dejaron ir.

Fui a dejar a Nathan a dónde el vivía, un edificio muy parecido al de Ingrid pero un poco más moderno y elegante y después de despedirme de el conducía lo más rápido que pude.
Estaba más que segura de que Matt aún no había llegado y no quería verlo al llegar.

Y efectivamente, cuando llegue a casa el no estaba.
Subí rápidamente hasta la habitación y lo primero que hice fue guardar la
Carta y la tarjeta que Bryan me había dado en mi bolso y después te
La caja donde las había mandado y la rompí hasta sólo quedar en pedazos pequeños y las tire en el bote del baño.
No quería que Matt supiera sobre
Nada de esto porque se se armaría algo Inmensamente grande.

Después tome uno de mis bolsos más grandes y lo llené con unos pares de Jeans unas zapatillas, tenis deportivos, un suéter con capucha y unas cuantas blusas perfectamente dobladas para que todo pudiera caber perfectamente.
Poner lo básico pero también no tanta para que no se viera la falta de ropa en los cajones.
¿Todo eso para que? Bueno porque se perfectamente que alguien día necesitare todo esto.
Tal vez no ahora, porque aunque no yo misma entienda, en este hay algo que me impide irme, hay algo que dice que me quede un poco más.
Y eso es lo que haré.

Escucho a Matt hablando por el pasillo y se que viene a verme, así que me meto en la cama y al momento en el que el llega yo estoy supuestamente dormida.
Siento a Matt rodear la cama e incarse frente a mi.
Pasa sus nudillos por mi mejilla una y otra vez. Y se queda así.
Por mucho tiempo, casi una eternidad.
Pero después de aquella eternidad me da un beso en la frente y ha juzgar por el ruido que hace la puerta el se ha ido.

Tomo mi celular el cual he puesto bajo la almohada y le mando un rápido mensaje a Chris.

Esto es malo.

-Mich.

Después de mandárselo miro la hora.
7:30 pm, es todavía temprano así que vuelvo a ponerlo bajo la almohada y espero a que conteste.
Espero.
Espero.
Me quedo dormida.

***

Cuando despierto siento una oleada de aire frío golpear contra mi cara.
Comienzo a abrir poco a poco mis
ojos y veo que la ventana esta completamente abierta.
El cielo se ve completamente gris, un gris completamente triste el cual amenaza con comenzar a derramar lágrimas.
Y así es como me siento yo.
Profundamente triste, deshecha, frustrada.
Hay un hueco enorme en mi corazón, es un sentimiento yo que nunca en la vida había sentido.
Algo que hasta que me causa respira con dificultad.

Me doy cuenta de que me he quedado dormida como me acosté ayer, con mis jeans y mi blusa sin mangas.
Me levanto y me pongo un short-pijama y un suéter holgado, para después ir a cerrar la ventana la cual se abría y cerraba con el viento.

Mi estómago me pedí comida a gritos ya que no había cenado la noche anterior, así que respire hondo y tras arreglarme el cabello en una coleta baje a la cocina.

El lugar estaba desierto cuando baje, no había nadie dentro de la casa al parecer.
Pero cuando fui a la cocina un aroma riquísimo me hizo saber que no estaba sola.
Me acerque más y vi que efectivamente no estaba sola.
Matt estaba ahí. Cocinando.
Cosa que me sorprendió bastante ya que el a penas y podía hacer una malteada, siempre fue muy malo en eso de la cocina.
Cuando me fui acercando cada vez más el volteo y me sonrió con esa sonrisa que me coloca loca.
Pero ahora ya no tenía ese efecto en mi.
Solamente puedo pensar en lo mal que me siento al no haberle creído a Bryan todo este tiempo.

Secret TruthsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora