Capítulo 3

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"Acepto"

Naruto

Cuando salí de esa mansión del terror, no decidí volver para disculparme por la forma grosera con la que me porte.

Ellos deberían disculparse conmigo por confurdirme con otra persona, pero no lo entiendo, mi cara no es común.

Acomodo mis lentes que se deslizan por el puente de mi nariz. Mi corazón aún sigue afectado y me obligó a detenerme, busco en mi portafolio mi medicamento.

Tomo asiento en una banca cercana para descansar. Busco una botella de agua para tomar la píldora. Debo esperar que me haga efecto.

Odio ser tan defectuoso, mi destino es posiblemente morir del corazón, horrible herencia que me dejaron mis antepasados o mejor dicho una maldición. No sé que castigo estare pagando en esta vida.

Luego de unos largos minutos me dispongo a marcharme, pero antes de dar un solo paso mi celular comienza a sonar. Lo saco de mi bolsillo y un marca un número desconocido.

---¿Si? - contesto.

---Creo que le debo una disculpa por lo ocurrido hace rato - es la voz del tipo de coleta.

Ni me molesté en responder y colgué la llamada sin dudar. Mi teléfono volvió a sonar y era del mismo número, así que lo ignore y me fui a casa. Por hoy voy a descansar de esos lunáticos.

Al llegar a casa Deidara estaba limpiando el piso y al verme se levantó emocionado.

---¿Cómo te fue? - pregunta.

---Mal - es lo que respondo pasando a su lado, yendo al sofá para tumbarme sin cuidado en el.

---Ya veo...- murmura triste ---ya buscaremos otro trabajo, no desesperemos - agrega mientras se sienta a mi lado.

Tomo su cabeza y hago que se apoye en mi hombro.

---Sí, mañana saldré temprano y no volveré hasta encontrar un trabajo - aseguro.

---¿Quieres que te empaque una cobija? Digo por si no encuentras trabajo tendrás que dormir en la calle - bromea.

Sin evitar comienzo a rier.

---Confía en tu hermano - le aconsejo.

[...]

Caminaba en un bosque, la luz de las luciérnagas alumbraban el camino y ese lugar parece tan irreal, observé un pequeño estanque, la luz de la luna refleja el agua y me senté para apreciar mi rostro, lucía diferente, cabello largo, una cicatriz que pasaba por mi ojo izquierdo, la acaricie y trague saliva cuando unas manos pasaron tras mi espalda y un rostro se quedó recargado en ella.

Me quedé estático y mi mirada baja a las manos que están alrededor de mi torso, son pequeñas, delicadas y unas filosas uñas sobresalen de sus delgados dedos.

---Esa cicatriz recuerdan tu traición, tu rostro era perfecto antes de engañarme - la voz se torna tenebrosa y sentí una punzada de dolir en mi estómago, las uñas se clavaron en mi estómago, añarando en mi interior.

Carmesí Where stories live. Discover now