ardiente [✔️ ]

Capítulo 6

Amir Abbas Ghiyath

Camino hasta la habitación de mi hijo y lo encuentro como siempre ensimismado en un libro, su portátil está abierto mostrándome una imagen de las pirámides egipcias

—¿qué estás haciendo Jaquim?

Mi hijo levantó la cabeza de su libro y corrió a abrazar mi cintura

—¡padre!

Lo tomé en brazos sonriendo y él abrazó mi cuello con sus manitas, para ser un niño de siete años era bastante alto, lo lleve conmigo hasta la cama y sonreí cuando me tire en esta con el a mi lado

—papá escuche decir a la señorita Mijhat que tendría una nueva mamá

Me puse tenso ante esas palabras, cuando su madre murió él realmente no lo paso bien y no lo quería involucrado en todo este retorcido plan que tenía con Chastity, ella no podía inmiscuirse en mi vida

—Mijhat está siendo muy cotilla—dijo despeinando—la chica que vino a casa no va a ser tu mamá Jaquim

Mi hijo se despega de mi brazo y me mira apoyando un codo sobre mi pecho

—pero yo quiero tener una mamá—suspira—los chicos del colegio se burlan de mi cuando solo va Mijat a buscarme

El dolor en los ojos de mi hijo me hacen sentir un poco mal así que lo pego a mi pecho

—eres el príncipe de Bashira—le guiño un ojo—ello tienen envidia de que tu vas a tener una mamá más linda que la de ellos pronto

El se pone en pie a mi lado y sonrío ante su alegría

—¿Voy a tener una madre pronto? —me abraza—¿ella podrá leerme un cuento en las noches?

—¿creí que te gustaban mis cuentos?

Finjo estar herido pero el solo arruga la nariz

—papá tus cuentos son geniales pero seguro una mamá los cuenta mejor.

Salte fuera de la cama acariciando su pelo

—ya veremos hijo—caminó hasta la puerta—nos vemos mañana después de clases.

Salgo de la habitación preparado para mi cena con Chastity y no puedo dejar de ignorar el abultamiento que se ha formado en mi pantalón, maldita mujer.

El comedor donde pedí servir la cena está decorado con cortinas y el inmenso ventanal de estilo marroquí es la única fuente de iluminación, el aire acondicionado hace más amena la noche porque fuera de este palacio el calor es infernal. Deliso la silla en la parte opuesta de la mesa y dejó que la oscuridad envuelve mis rasgos, ella no necesita conocer mi identidad todavía.

Como si la hubiera llamado con el pensamiento aprecio por la puerta con la vestimenta tradicional que pedí para ella, estaba tan hermosa como cuando salí de su habitación y eso me molestaba, si ella no fuera una mujer grosera y mentirosa todo sería más sencillo, de repente una imagen de ella  con Jaquim disfrutando de un día de campo a mi lado inundó mis sentidos haciéndome maldecir.

Ella no era de ese tipo de mujer, en realidad no sabía mucho más de lo que me demostró en la fiesta o ocho años atrás cuando ni siquiera me dio la oportunidad de mirar mi cara.

—siéntate

Ordene y ella dio un brinco intentando mirar en mi dirección, la oscuridad a mi alrededor se lo impidió

—¡dije que no me hables!—se sienta—solo baje porque tengo hambre no estoy aquí por obedecerte ni nada.

Me dice y no puedo evitar reírme, ella era valiente para estar diciéndole eso a alguien que la secuestró. Mis sirvientes acomodaron la mesa y la vi mirar fascinada cada uno de los platos

—come

Volví a ordenar y ella sacó su dedo de enmedio

—uno deja de hablar en árabe se que hablas inglés—llevó una de las pequeñas albóndigas a su boca—y dos deja de decirme que tengo que hacer, me molesta

—no me importa si te molesta o no, mi mujer hace lo que yo diga

—por dios—ella achica los ojos poniendo un poco de ensalada en su boca—no soy tu mujer, estás muy muy loco ¿sabías?

—voy a contarte una historia Chastity

Digo mientras ella pone los ojos en blanco

—no me interesa saber nada de tu machista y retrógrado modo de pensar 

—hace ocho años fui a la universidad en Nueva York conocí a una chica

—pobre... 

Me interrumpe haciéndome apretar los dientes

—pues la pequeña damita resultaba ser toda una belleza—continúe hablando—me encanta a verla sonreír con cada uno de mis regalos y creí realmente que era una chica distinta, una mujer digna de mi

—Oh dios míos que mujer tan afortunada—pone los ojos en blanco—si tenias que hacerle regalos lo más probable es que solo se estuviera aprovechando

—tienes razón pero  resulta que esos regalos no eran más que flores y pequeñas notas así que supuse que ella era una mujer sensilla y desinteresada—el tenedor que tenía en su mano golpeó el plato pero no detuve mi historia—resulta que tuve que marcharme cuando mi padre decidió que era el momento de tomar mi lugar—ella comienza a respirar entrecortada—así que planee verla, decirle quien era y proponerle un estúpido plan de fuga—me encijo de hombros—pero la pequeña damita decidió que no era lo suficientemente bueno como para siquiera darse la oportunidad de conocerme así que me dejó plantado sintiéndome como un estúpido y sin alma 

—no puedes ser tú... 

Susurra ella mientras intenta ponerse en pie

—callate que viene la mejor parte de mi historia—le ordenó y ella aprieta los puños—la encontré en una fiesta tiempo después, descubrí que era una damita inglesa remilgada que pasaba la vida viajando y cuando intenté ser cortés—chasquea los dedos—ella simplemente me miro extraño y corrió lejos de mi una vez más,así que la secuestre.

Ella achicó mucho los ojos prácticamente corriendo en mi dirección,espere que me golpeara o algo así pero simplemente corrió las cortinas así que la luz de la luna dio directamente en mi cara.

Tenía una ceja arqueada entre su arranque de locura pero ella solo gruño.camino hasta mi silla esta vez y clava un dedo en mi pecho, lo mire y luego a ella

—eres un maldito loco—me grita—no puedo creer que fueras capaz de raptar a la hija de tu amigo no puedo creer que tu seas mi...

—tu que

Digo tomándole el brazo con una mano, la empujo contra mi pecho y su otra mano resbala del brazo de mi silla así que prácticamente está contra mi pecho

—eres mi pequeña damita inglesa—afirmó—pero yo ya no soy un muchacho enamorado—me acerco más a su rostro al mío sintiendo su aliento en mi mejilla—soy el Jeque Amir Abbas Ghiyath y tu eres mía así que acostumbrarte Chastity porque vas a ser mi esposa.