15 de Agosto Jane

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- Vale, recuérdame por qué estás aquí.

Miré desafiante a Eve, que no paraba de quejarse de que le había hecho despertarse muy pronto, que era inhumano de mi parte hacer que a las nueve de la mañana estuviese ya en la calle.

- Porque venía Connor.

- ¿Y tú por qué has venido? - esta vez señalé a mi hermano, en el que Eve se apoyaba intentando no dormirse de pie.

- Tú me lo pediste, querías mi opinión.

- Vale, ¿y tú?

- Pues porque venía yo, y yo he venido porque me lo has pedido. Deja ya de preguntar, que estás más dormida que Eve. - Claire contestó a la pregunta que en un principio yo había dirigido a James.

Desde hacía tres días, desde que Claire había soltado la bomba de que se iba a estudiar al otro lado del océano, se habían vuelto más inseparables que antes, si eso era posible. Tras superar las primeras impresiones y sorpresas del momento, habían decidido pasar todo el tiempo posible juntos, antes de que ella se fuera. Yo no sabía que iba a pasar después, ni que iban a hacer, pero por el momento, desde fuera, se les veía bien, y con eso a mí me servía.

Cabe decir que Tristan al principio tampoco se lo tomó muy bien, ya no solo porque su hermana se fuese tan lejos, sino porque nadie se lo había contado a él antes. Por suerte en seguida lo entendió y optó por apoyar a su hermana en todas sus decisiones - sé que si me hubiese pasado a mí, si fuese Connor el que se fuese a estudiar tan lejos y nadie me lo hubiese dicho, hubiese armado la tercera guerra mundial.

Por mi parte, prefería no pensar que por fin que tenía amigas, una de ellas se iba a ir a Estados Unidos y apenas la vería más. Siendo tan sensible como era, acabaría llorando. Mejor posponerlo para cuando ella ya no estuviese, tampoco quería que se sintiese culpable por vivir su propia vida y tomar sus propias decisiones.

- Jane, deja de dar vueltas que te vas a marear.

- Lo siento, es que estoy nerviosa, ¿creéis que le va a gustar?

- Conozco a Tristan y sé que le va a encantar. Todos lo sabemos.

Mientras hablaba con Connor, intentando calmar los nervios, la persona a la que estábamos esperando, por una esquina, dando vueltas en su mano derecha a las llaves de la tienda, que esperaba con ansias que abriese ya.

- Matt, ya era hora, llegas tres minutos tarde - replicó Claire al recién llegado, probablemente imitando como hace un rato me había quejado de que "eran las nueve y un minuto y aún no había abierto"

- Claire, hacía mucho que no te pasabas por aquí, ¿cómo estás?

Pude ver como James, probablemente celoso ante la atención que su novia estaba recibiendo, colocaba un brazo al rededor de sus hombros, acercándola a él.

Por fin Matt abrió la puerta y pudimos entrar en la tienda de música. Se me hacía raro venir sin Tristan. El dueño encendió las luces y fue directo a colocarse detrás del mostrador. Yo seguí corriendo, mientras los otros cuatro se iban a investigar un poco por la tienda.

- Y bueno, Matt, ¿lo tienes? todo lo que hablamos por teléfono.

- Ya te dije que no te preocupases, que lo iba a tener todo preparado. Mientras tenga el dinero, no hay problema ninguno. La tendrás toda montada en su casa antes de las doce. 

- Vale, las baquetas me las llevo yo. Muchísimas gracias.

- ¿Sabes? me alegro de que Tristan esté con alguien como tú, eres una buena chica. No como él, que hace semanas que no se pasa a verme, luego dice que soy de sus mejores amigos, sí claro.

My Perfect Ten [The Vamps]Where stories live. Discover now