Capítulo 48: Recuerdos rotos.

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Capítulo 48:

Les di la espalda y me retiré, no volví a escuchar ni un mísero susurro, bueno, ya no había nada que decir.

Dejé a Jev y a Nicole arrodillados y no sabía cuanta satisfacción abría en ello.

Abrí la puerta de la casa de la manada y di un ligero paso antes del que llamado de la Luna Caterina me detuviera.

—Aidan— me giré y vi a la Luna con sus ojos rojizos y algo llorosos, detrás de ella estabas los futuros Alfas a excepción de Jev—sé que todos los del comedor cometimos un gran error contigo, y no justificaré mi silencio porque me parecería algo hipócrita, antes te llamé mi hija, pero cuando el momento llegó no pude defenderte de las crueles palabras de todos y ese error lo cargaré por siempre.

—Al menos no dijo despectivas palabras, ni su voz estaba cargada de desprecio— la seriedad marcaba mi rostro cansado —eso es lo único que le agradeceré, Luna.

—Sé que lo único que quieres es rebelar la verdad a todos, pero no pongas en una balanza a Illazki y a un Alfa, Aidan, porque sabes quién ganará. Yo simplemente quiero que pienses bien las cosas.

—Así que es por eso ¿cierto? — Sus ojos cafés me miraron con pesar —también piensa que hundir a la manada Agua es un error. Un error que no debe cargar Jev si no yo.

—No lo veas de esa manera.

—No puedo verla de otra forma. ¿Por qué tengo que pagar por los errores de los demás? ¿Por qué? —mi paciencia se agotaba a cada instante—Pedir la verdad es lo mínimo que puedo pedirle a alguien como Jev y Nicole, incluso después de lo que ocurrió con todos ustedes estoy siendo benevolente. 

—Por favor, Aidan solo...—

—Ya tuve suficiente, no pienso escuchar más.

—Tranquilízate Aidan, mi madre...—

—No me digas que hacer Iker, deberías de cerrar la boca que no quiero escucharte— Iker bajó la mirada —y no, Luna, no cambiaré mi decisión y no habrá nada que pueda cambiarla, ni sus palabras ni las de nadie.

— ¡Mami! — el grito del pequeño Ilikai tranquilizó la ira de mi corazón, miré a mi hijo en el carro con su manita saludando e inevitablemente mis labios trazaron una sonrisa.

— ¿Es Ilikai? — La Luna Viento Inari comenzó —ha crecido tanto, ¿puedo ir a salu...?—antes de que terminara me interpuse con mi cuerpo la vista de la Luna a mi hijo— l-lo entiendo.

Todos me miraban sorprendidos y un tanto atónitos no creyendo lo que sucedía.

—Bien, me voy, espero mañana la audiencia con las cuatro manadas, espero ver a Jev y Nicole en lo alto— me burlé.

Bajé los escalones de la entrada ansiosa por irme de ahí.

— ¡Espera!— Jev tomó mi mano y se volvió a hincar frente a mí —I-Illazki— la presión en su mano comenzaba a doler— me equivoqué, me equivoqué— sollozaba entre cada palabras y su estado era deplorable.

—Suéltame— negó.

—Imploro por tu perdón—lo miré aturdida— me equivoqué, en verdad me equivoqué, puede hacerme lo que usted quiera, pero no puedo revelar la verdad, de verdad no puedo, no es por mí sino por mi familia.

—No, te equivocas, es por ti y solo por ti, eres un egoísta que no hace nada más que pensar en ti—mi voz iba bajando al ver la miseria en la que podía convertirse alguien como él—Dame la verdad, Jev, dame paz.

—No puedo hacerlo, no puedo, se funde y no puedo detenerlo—sus manos se cerraron con fuerza mientras temblaban— No puedo darte algo que no tengo ¡no puedo!

Mi Luna AzulWhere stories live. Discover now