Bienvenido a casa - [OneShot|KatsuDeku]

Bienvenido a casa.

El tulipán es una flor de seis pétalos que se caracteriza por su gran tamaño y su aspecto globoso, -como una campana- se considera esta flor como una de las mas hermosas, perfecta para dar como obsequio, sobre todo entre amantes. 

Una leyenda habla sobre dos amantes destinados a estar juntos incluso después de la muerte, considerándose mutuamente su hogar. Es por esto que se asocia a esta flor -especialmente la roja- el amor puro y la pasión. 

Es una noche de finales de mayo de 1992. El alfa, Katsuki Bakugo, portando uniforme militar y arma en mano en forma de descanso, caminaba a su lugar para dormir entre todo el campamento. Con el ceño fruncido se abría paso entre otros alfas y algunos betas que se metían en su camino, aguantando gritar que se hicieran a un lado, porque vamos, era militar y se suponía que había disciplina en todos ellos así como respeto entre compañeros, pero la verdad no engañaba a nadie, ya estaba harto de todo eso.

Justo ese día cumplía un año y uno mes de haberse en listado en el ejército y de estar cientos de kilómetros lejos de su hogar. Cambio su rumbo a unos metros lejos del campamento. Miro el cielo nocturno estrellado, estaba tan despejado que incluso podía ver alguna constelación. De inmediato pensó en su omega, extrañaba tanto a su omega. Del bolsillo delantero de su pantalón saco una foto pequeña, era de Izuku. Recuerda haber tomado esa fotografía la mañana después de haber creado su lazo hace poco más de tres años, la luz mañanera se colaba por las cortinas entre abiertas y hacia ver la piel del omega como aperlada, Izuku le sonreía recién despertado, con mejillas y nariz rojas -porque estaban en pleno invierno- resaltando las pecas de sus mejillas y nariz.

Bakugo suspiro con un aura triste. Su omega, Izuku Midorya era y seguía siendo hermoso. Deseaba tanto estar en sus brazos. Tanto el cómo su alfa interior estaban desesperados por regresar a él y acurrucarse después de hacer el amor, darle mimos y pasar todo el día y todos los días solo con él. Lamentablemente no tenía noticias de su omega desde hace algunos meses, justo se encontraba en una misión que había sido clasificada como secreta y estaba prohibido para todos cualquier tipo de comunicación del exterior, y lo peor es que no había podido avisarle que no tendría cartas de el en un tiempo, esperaba que su omega se encontrara bien.

El rubio salió de su ensoñación al percibir un olor raro, algo estaba mal, guardo la foto y casi al instante escucho órdenes en forma de grito y después disparos. Se puso en guardia, con arma cargada y en mano se encamino de regreso. Ajusto el casco y se agacho en una de las barricadas, junto a él un alfa y beta verificaban el perímetro en busca del enemigo. Bakugo casi podía oler el miedo y la desesperación en el aire, maldijo entre dientes, no tenía miedo habían sido entrenados para estas situaciones, así que no había lugar para el miedo, mucho menos en ese momento. El alfa rubio se asomó un poco, vio a compañeros y enemigos caer. Sostuvo y recargo su arma; identificando a sus objetivos comenzó a disparar.