Día 18: Fuera de casa.

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Para la pareja estar al límite era lo necesario para un buen orgasmo durante el sexo. Estar en un lugar público follando era excitante.

— Marshall, mi culo quiere polla —susurraba en un tono adorable su rosado novio mientras le abría la bragueta.

Unas palabras tan vulgares en sus labios sonaban como si un ángel te cantase una nana.

En medio del túnel del amor del parque de atracciones, Bubba daba suaves saltos sobre Marshall, delante de ellos habían otras parejas, y como les ponía que pudieran ser escuchados.

No podía de manera clara como su pene se perdía entre las lindas nalgas de su novio, pero si sentía el calor de su recto anal. Le absorbía para adentro, le ordeñaba y, guardaría hasta la última gota de semen hasta su siguiente follada.

Y es que Gumball era como un súcubo, siempre listo para el sexo descontrolado. Fuera donde fuera.

— Oh~ —gimió en voz baja mientras era penetrado en el baño de su instituto, pero no en el baño de hombres. Sino el de mujeres.

— Ay, ósea, Marshall me miro las tetas, ¿sabes? Creo que le gusto, siempre es súper amable conmigo, ¿sabes? En plan, tía, le molo mazo, hoy le voy a decir que siento lo mismo —Gumball con la polla de su novio en su culo le quedo mirando— Tipo, yo se que le molo pero tipo, pienso que es de los de en plan tímidos, tímidos con un paquetón. Yo se la como tía.

Escucharon un poco la conversación entre ambas chicas, una solo se reía y le decía que se baje de ese tiovivo que no iba a ningún lado con Marshall, pero la otra se negaba. Claramente una de ellas les habría visto comerse la boca en algún lado.

El pelinegro trago saliva al ver como su lindo novio se sacaba su miembro y se ponía recto mirando a la puerta, claro que no le había mirado las tetas a nadie. Eso no le iba. Y a pesar de que todos pensaran de él como un fuck boy que se tiraba a cada chica, pues no era así en lo absoluto.

Nunca a mirado a nadie que no sea su lindo novio, su amigo de la infancia. Desde siempre ha estado pillado por ese pelirrojo pecoso.

— Que coño estas diciendo esa de ti —entonces agarro de la cadera al chico y se la clavo hondo— ¡OH MARSHI~!

Las chicas pararon de hablar y se miraron entre ellas. Salieron corriendo.

El resto del día Gumball estuvo de morros, ese encuentro en el baño no le dejaba estar en paz y es que, joder, esa tía les había cortado T O D O el rollo.

— Bu...

— Ni Bubba ni nada Marshall, ahora te me callas y bájate los pantalones.

La más perra entre las perras, Gumball, el presidente del consejo estudiantil, sabelotodo y el primero de su clase. Bubba es la abeja reina del lugar.

En el salón de los profesores, durante un claustro, Marshall tenía los pantalones y gayumbos en los tobillos mientras su lindo novio se tragaba su polla. La besaba y lamia con mucho cariño los restos de una venida demasiado rápida pero como disfrutó.

Como si fuera la mejor comida del mundo evitaba que saliera por completo de su boca, succionaba y mordisqueaba con ansias, se atragantaba con ella lo más que pudiera.

— Y-Ya...~ —susurró el chico, entonces vió como el chico soltaba su polla ya un poco flácida, parándose de una manera demasiado sexy— Y... Palote otra vez.

Las caderas de Bubba dieron un giro sensual para bajarse los pantalones, llevaba un tanga negro que le quedaba apretado, seguro se lo regaló de broma PB, pero que bien quedaba en su culo.

Se sentó en la mesa de los profesores y abrió las piernas mostrándole todo lo que tenía ahí abajo.

— Ven aquí chico malo~ —como polilla a la luz, Marshall se metió entre las piernas de su novio y comenzó a frotar.

Sentía la humedad de su novio, mojado con solo chupársela, agarró los lados del tanga y tiró hasta que el hilo cedió. La prenda cayó como vil trapo al suelo y comenzó la diversión para los chicos.

Las caderas de Marshall se movían desesperadas mientras se aferraba al culo de su chico, este arañaba su espalda mientras gemía desesperado, sentía como su interior se calentaba mientras era follado.

En un punto, su rostro acabó contra la mesa mientras tenía el mejor orgasmo de su vida, sentía como se corría mientas su novio le jodía por detrás.

Las piernas le temblaban mientras su propio semen le manchaba la cara como en una porno. Oh si, eso era lo que quería. Que le jodieran como a esos chicos en el porno, que le hicieran un desastre de semen.

Apretó a Marshall al imaginarse como le follaría en el autobús de vuelta a casa o en la propia cama de sus padres, si, él era un niño malo, uno muy malo y caliente.

Arqueó la espalda mientras gemía alto, sus pupilas se dilataron mientras sentía como su novio apretaba su próstata, ese punto erógeno en él que le lleva al paraíso.

Olvidaron donde estaban, incluso ignoraron el tiempo que llevaban haciendo el amor.

— Si fueras mujer te hubiera preñado hace mucho mi amor...~ 

Ambos chicos empezaron a reírse, mal chiste. Pero callaron al escuchar a los profesores. Mierda. Recogió su rota tanga y sus pantalones para correr con su novio hacía la ventana y salir por ella.

Casi les pillaban, pero eso en verdad fue excitante.

Casi les pillaban, pero eso en verdad fue excitante

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YeAH, aquí estoy otra vez UwU

¿Me extrañaron? Yo se que sí. Ah~ este es uno de los capítulos más difíciles de escribir, el gaypad no me dejaba :D

Disfruten el fin de semana y espero que les haya gustado el capítulo.

Besos U3U

Wattpad no para de soltarme ventanas emergentes. Un instagram 2.0

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2020 ⏰

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