Capítulo 27

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... Llegó la noche, y como no me sentía con los mejores ánimos, decidí llamarle a Marcus para pedirle libre, y la verdad pensé que me mentaria la madre, pero no fue así, me comprendió.

No paro de ver el anillo, aun no me lo creo, desearía fuera esto una pesadilla.

Entre tantos pensamientos, una serenata, se aproximaba a mí ventana, salí y la primer persona que miré fue a Carlo, ahí estaba parado, con la mirada fija hacia mí y un increíble ramo de al menos 100 rosas rojas.

Limpie mis lágrimas, me puse mi bata y salí, sin pensarlo me abalancé contra él, sintiendo como mi corazón latía, muy rápido.

-Carlo: Perdoname por molestarte. Solo quería que te sintieras bien.

-Amelia: Lo has logrado. - fijo mi mirada.

-Carlo: Amelia, sé que es demasiado rápido, pero me encantaría aceptaras salir conmigo. Eres preciosa, no sólo físicamente.

-Amelia: Cállate. - puse mi dedo índice sobre sus labios, y lo tomé de su mano, subimos a la habitación, cerré la puerta con llave.

Lo besé como si el mundo se fuese a acabar y  percibí no ser la única que moría por una noche de pasión.

Entre besos y copas, la cama fue testigo de los momentos de tanto placer vividos esa noche.

Al amanecer
-Amelia: Disculpame, esto fue error.

-Carlo: A qué le llamas error? A lo que sentimos? Amelia por Dios nos entregamos, no puedes hacer como si nada a pasado.

-Amelia: Pues como ves que si puedo. Ahora de la manera más amable te pido que te largues y no me busques más. Y por favor si me encuentras en la calle has de cuenta que no me conoces que yo haré lo mismo.

-Carlo: Está bien, no forzare nada, pero ojalá nunca nadie te lastime, como lo has hecho conmigo, no creas que porque soy hombre soy de acero, estás muy equivocada, yo también siento y también merezco un amor bonito. Y pues como dicen en tu país, chinga tu madre. - salió de la habitacion, no sin antes tomar el ramos de rosas, el cual quedó hecho trizas luego de él salir.

Mil lágrimas brotaron de mis ojos, sé que lo que hice no estuvo bien, y no me refiero a la noche que pasé con Carlo, si no que, todo lo que está cerca de mi termina mal, si no es que muerto.

Respiré, salí de la cama y me dirigí al baño, a tomar una ducha, ordenar la habitación para luego ir a trabajar...

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