¡Alimentaré a los conejos! capítulo único

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(Esta historia contiene escenas de sexo explícito entre hombres)

Wei Wuxian estaba empezando a aburrirse. Ya hacía más de dos semanas que Lan Wangji había tenido que partir de Cloud Recess por unos asuntos que debía atender él solo. A pesar de la reticencia de tener que irse sin Wei Wuxian no le quedó más remedio que resignarse y partir.

Tumbado en la cama balanceando a Chenquing en su mano derecha se le ocurrió que tal vez ya era hora de ir a darle de comer a los conejos de Lan Wangji.

Con repentina alegría por haber encontrado algo que hacer, se levantó de un salto, colocó a Chenquing en su cintura y pasó por la cocina. Llenó hasta arriba una pequeña cesta de mimbre con las mejores zanahorias que encontró y partió silbando hacia el recoveco escondido donde Lan Wangji tenía a todos sus conejos.

Al llegar allí los conejos lo miraron con cierta desconfianza. No se llevaban muy bien ya que siempre que podía acababa metiéndose con ellos. Los cogía y zarandeaba aunque en realidad nunca les hacía nada que les hiciera daño realmente. Pero, en el momento que olieron las zanahorias, levantaron las orejas alegremente y se arremolinaron entorno a los pies de Wei Wuxian esperando por la comida.

– ¿Ahora sí que me queréis eh? - les dijo entre risas Wei Wuxian.

Con una sonrisa en la boca comenzó a coger las zanahorias y a partirlas en pequeños trocitos para luego lanzárselos. Los conejos comían felizmente mientras Wei Wuxian repartía unas cuantas más entre ellos. Cuando fue a partir la última se quedó congelando con ella en la mano. Todas las demás zanahorias eran de tamaño pequeño o mediano pero aquella era diferente. No sabía si era porque tenía la mente muy sucia o porque le echaba demasiado de menos pero, esa zanahoria se ensanchaba hasta tener el tamaño y el grosor exacto al del miembro de Lan Wangji.

La sopesó en su mano y se mordió el labio inferior. Su corazón empezó a latir con rapidez y una gota de sudor frío le recorrió la sien. ¿De verdad iba a hacer lo que estaba pensando? Aún a sabiendas de que estaba en un lugar retirado al que nadie venía salvo ellos dos miró a un lado y a otro y, al asegurarse que estaba solo, dejó la cesta en el suelo y se ocultó tras unos setos cercanos. Justo delante tenía una piedra bastante grande de un tono gris oscuro y plana en la superficie en la que dejó la zanahoria y a su querida Chenquing. Se desató la faja, se quitó las botas y dejo caer sus pantalones. Se llevó un par de dedos a la boca y los humedeció con su lengua. Apoyó la mitad superior de su cuerpo en la piedra y separó sus piernas.

Su corazón latía con rapidez cuando acarició su entrada suavemente dejándola mojada con la saliva que había recogido. Poco a poco introdujo uno de sus dedos. Su cuerpo tembló ligeramente a la vez que exhalaba nerviosamente. Cuando lo tuvo completamente dentro, continuó metiendo el segundo. Los separó dentro de su cuerpo y la entrada se ensanchó un poco, lo suficiente como para introducir el tercer dedo. Cada vez aumentaba más la velocidad de su mano pero, acostumbrado al tamaño de Lan Wangji eso ni se acercaba a ser mínimamente suficiente.

Alcanzó la zanahoria que había dejado encima de la piedra y después de acumular un poco de saliva en su boca, separó sus labios y dejó que se resbalara sobre la piel de la zanahoria.

Con el corazón a mil, suspiró profundamente y llevo el extremo de la zanahoria hasta su entrada pero se detuvo justo antes de empezar y cerró los ojos con fuerza.

La imagen de Lan Wangji le vino a la mente. Esos ojos fríos mirándole como si le traspasaran. El tacto de sus manos sobre su cintura, su fresco olor a sándalo...

Mordiéndose con fuerza el labio inferior comenzó a introducir la zanahoria dentro de su cuerpo poco a poco. El extremo era relativamente fino así que no tuvo problemas al principio pero estaba empezando a engrosarse y cuando llevaba más o menos la mitad Wei Wuxian se detuvo a tomar algo de aliento. Afortunadamente después de tanto tiempo juntos, Wei Wuxian estaba muy familiarizado con el miembro de Lan Wangji y tras unos segundos de relajación y sin dejar de pensar en que era él quien le estaba penetrando, presionó con fuerza y terminó de meterse la zanahoria de un solo golpe. Un gran gemido escapó desde el fondo de su garganta y sus ojos se humedecieron. Apoyó la frente contra la fría piedra y tras tomarse unos segundos para asimilarlo, empezó a mover la mano sacando y metiendo la zanahoria de su cuerpo.

¡Alimentaré a los conejos! +18 (Mo Dao Zu Shi fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora