Capítulo 7: Primera Cita

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Capítulo 7

¿Por qué está latiendo mi corazón a mil por hora? ¿A qué le tengo miedo?

Ah, ya recordé.

Había llegado el sábado. Supuestamente era el día del desestrés junto a mis dos mejores amigos, pero aparentemente ese día, uno de ellos tendría planes con otra persona. Más específico, con el enemigo, y eso me angustiaba más que mi propio trabajo.

—Qué milagro que Luca no esté aquí—comentaba A.J mientras los dos nos encontrábamos sentados en la mesa de siempre de nuestro bar favorito desde la universidad, La Morada—¿A ti te dijo algo?

—¡¿Ah?!—salté nervioso—No, no, no, no sé nada.

—Seguro está con una chica, como siempre—reía mientras daba un gran sorbo a su cerveza fría—Oye, Miles. ¿Te pasa algo?

—¿Qué? ¿Po-Por qué lo dices?

—Porque no estás tomando tu cerveza. Deja de manosearla y solo tómatela. ¿U ocurre algo?

—¿Qué? No, no, no. ¡Estoy bien!—exclamé chocando su botella con la mía—¡Salud!

—Salud...

A.J seguía observándome incrédulo.

—¿Y cómo van los planes de boda con Monique?—cambié de tema, intentando lucir lo más normal posible.  

—Pues, si solo fueras un amigo te diría "Bien, muy bien", pero como eres mi hermano, te diré la verdad—miró ambos lados para evitar que terceros oyeran y acercó su boca a mi oreja—¡Esa mujer me está volviendo loco!

—¿Tanto así?—reí a carcajadas.

No me sorprendía la verdad, desde que ellos empezaron a salir en la secundaria, no habido una sola semana que no pelearan como perros y gatos. Sospecho a veces que tal vez lleguen a matarse uno de estos días, pero era imposible separarlos. Ambos se complementaban muy bien.

—¡Sí! Tanto decía que no aportaba nada en los preparativos, que escogí color blanco hueso para los manteles de las mesas y enloqueció. Dijo que debían ser blanco albayalde. ¡Mujer, ambos son el mismo color! Pero no, ella dice que son totalmente diferentes.

—Uy...Solo se paciente. Recuerda que después de la boda, sigue la luna de miel. Seguro allí Monique te compensará todo el maltrato psicológico que te ha estado haciendo estos últimos meses.

—¡Eso espero, Miles!

Miré el reloj del local, faltaban minutos para que sean las doce de la noche.

«¿Habría terminado su cita?»

No hay ninguna chica que Luca no logré llevársela a la cama, pero esta vez no era cualquier chica. A decir verdad ni era un humano, sino un monstruo, llamado Rebel Moon. Sabía muy bien que ambos querían vengarse de mí, aunque no sabía cómo lo harían. Por otro lado, también temía por la vida de mi buen amigo. ¿Debería ir a ver cómo está Luca? 

—Oye, Miles. Después de esta cerveza, vayamos a pedir una pizza en tu casa. 

—Esto...creo que tengo una mejor idea.

—¿Cuál?

—Vayamos a la casa de Luca.

—¿Pero estará? Ni contesta mis llamadas. ¿A ti sí?

—¡¿Qué?! ¡¿Y recién me dices esto?!

Diablos, lo sabía. La vida de Luca corría peligro. Y todo era por mi culpa.

Mi Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora