Cap 11

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Cuando consiguen un lugar de
residencia, la mayoría de la
gente va a Craigslist. Craigslist
me parece espeluznante. ¿Quién
es Craig?. ¿Por qué se hace una
lista?. Prefiero el periódico o
tableros de la comunidad.

Encuentro la tienda de víveres
más cercana y echo un vistazo
a su tablero. Dos entusiastas
adolescentes han hecho volantes
de niñera.

¡Confiable! ¡Divertido! ¡De
confianza! Cada palabra está
escrita en un pompón, cada
letra en un marcador de color
diferente. Respeto sus anuncios
hechos a mano.

A las niñeras que confían en la
computadora para todo, no se les
debe confiar. Levanto la esquina
de su papel para estudiar lo que
hay debajo. Hay un chico en busca de una compañero de piso qué le guste lavar los platos. Sin mascotas.

Para mí esto dice: "Chico
necesitado e incompetente con
problemas de control.
Buscando una esposa".

—Ew, amigo— digo.

Lo paso y encuentro otro fijado
en la esquina superior izquierda.
Está enterrado debajo de un
volante de una venta de garaje de
la comunidad, impreso en papel
de color lila. Quito el pin que lo
sostiene al tablero para poder
leerlo:

"¡Me gusta dar largos paseos
por la playa, pero no contigo!
Buscando una compañera o
compañero de piso independiente para compartir mí espacio. No quiero una hermana (o). No quiero una amiga (o). Solo una compañera (o) de piso"

Me rio cuando lo leo. Lo único
que ha dado es una dirección
de correo electrónico. Debería
ponerlo de vuelta, pero en
cambio, doblo el papel en un
cuadrado pequeño y lo meto
en mi bolsillo trasero, mirando
alrededor para asegurarme que
nadie me ha visto.

Que se jodan, necesito un lugar
para vivir. Le doy a toda la tienda de víveres una sucia mirada, luego me alejo... y camino hacia una pared. Es una cosa hermosa para ser humillada.

Le envió un mail comentando mi
interés. Dice que nos podemos
Conocer en una tienda de té en la
Calle Principal.

"¿Cómo sabré que eres tú?
envío de vuelta.
Esto es espeluznante; podría
ser un él. Tal vez debería haber
confiado en Craig y su lista.

—"Lo sabrás"— responde.

"No debería confiar en personas
así de fácil, pero ¿qué otra opción tengo?"

Llego a la cafetería una hora
antes para examinar el lugar.
Me doy cuenta que viro hacia
lo dramático, pero este lugar
es quizás un poco demasiado
perfecto. Pido un bollo y me
entregan un pegote de crema y
mermelada. Demasiado perfecto.

Lo tomo, frunciendo el ceño
y encuentro un asiento para
esperar por mi té. El té viene
en una delicada taza de vidrio,
demasiado perfecta.

Tomo un sorbo con recelo por la
esquina de mi boca, lamiendo
la crema de mis labios. Me giró
hacia Port Townsend. Desconfiada y amargada. Y entonces entra. Ella. El hada púrpura, con su exuberante cabello plateado recogido en una cola de caballo. ¡Diablos no!

Elkie hace juego con su
volante. Lo saco de mi bolsillo y
lo aliso sobre la mesa mientras
mira alrededor de la sala de té,
sonriendo hacia los que conoce,
en busca de.. mí.

Levanto el volante como una idiota. Sus ojos se iluminan cuando me ve, y ondea ambas manos.

Quiero que se tropiece con la
pata de una silla o algo, pero es
elegante y se desliza a través de
los pequeños espacios como una
pequeña atrevida y descarada.

—¿Sana?— pregunta.

Me pongo de pie y me abraza,
lanza sus brazos alrededor de
mi cuello como si fuéramos
viejas amigas. Trato de tensarme
y apartarme, pero soy débil y
realmente necesito un abrazo.

¡A La Mierda Con El Amor! / Satzu❣️/Où les histoires vivent. Découvrez maintenant