I N V I E R N O

534 51 15
                                    

—Supongo que posiblemente no pasaré este invierno —

Susurró con melancolía mientras miraba por la ventana, comenzó a sentir frío. —¿Un pequeño error? La única forma que él pueda cometer un error es...teniendo que involucrarme yo, es decir, tendría que entregarme junto con él —Sonrío. —Y cuando ya estaba comenzando a disfrutar bien, supongo que de verdad padre tenía razón, yo no nací para esta vida, ya simplemente no fui criado para esto, solo he estado pretendiendo ser alguien que no soy, ahora tengo que terminar con esto una vez por todas.

Su móvil comenzó a vibrar en sus bolsillos llamando su atención. Antes de sacarlo, respiro profundo, quien fuera que lo estaba llamando no podía demostrar que ahora estaba sufriendo de una gran crisis que lo volvía loco. —Todo esta bien —se dijo para comenzar a fingir y sacar su celular, sin embargo, al momento de mirar el número remitente de quien lo llamaba, toda aquella máscara que había creado se esfumo en cosa de segundos, toda la conversación anterior, todas sus dudas, sus miedos y, sobre todo, su ira, comenzó a salir a brote y, a pesar de su desagrado, contestó al número y sacó toda su frustración en un gritó:

—¡Escúchame! Cualquier cosa que quieras, hoy no estoy disponible, ¡no! ¡mejor! ¿Sabes qué? ¡Estoy hasta la mierda de esto! ¡¡Jamás!! Escúchame ¡¡Nunca más estaré disponible para padre!! Renuncio a esto, renuncio a toda esta mierda que él creo ¿Qué ser su supuesta justicia? ¡Al carajo todas esas ideas macabras conspiranoicas! Yo no soy el títere de nadie, ni de ti, ni de padre ni de ninguno de sus malditos hombres que andan como imbéciles creyendo en sus estúpidas palabras de salvación, moral y justicia. —gritó con odio al celular mientras sentía su corazón latir muy rápido y su pecho dolía, apenas podía respirar y todo daba vueltas a su alrededor.

Una suave risa sonó en el altavoz del pequeño aparato que estaba en sus manos —Supongo que esa colera que estas manifestando es porque hoy no es tú día ¿no? Realmente, no importa, siempre haces lo mismo cuando te enfadas y explotas. Sin embargo, sabes que realmente te estas desquitando con la persona incorrecta ¿no? —Respondió Nora con su tono pacifico de costumbre, aquel frío que siempre manifestaba en sus palabras lo hacía sentirse más inquieto.

Se mantuvo en silencio unos segundos, tragó saliva y trató de respirar hondo, una, dos, tres veces, "sabes que realmente te estas desquitando con la persona incorrecta" si, esas palabras eran verdad, su hermana realmente no tenía nada que ver con la ira que estaba sintiendo, ella no tenía la culpa y eso lo hizo sentirse peor de lo que ya se encontraba por haberle gritado, pues, tanto él como Nora eran tan solo unas víctimas de los abusos que su padre cometía con ellos.

—¿Yato? Puedo sentir tu respiración muy fuerte ¿Acaso has enfermado? Si es así, sabes que padre podría revisarte y darte un poco de medicina, ya sabes, es bueno en eso...

Ahí estaba, ese maldito hombre que lo ponía tenso.

—Olvídalo. —fueron las duras palabras que apenas pudo pronunciar —solo estoy como la mierda, ¿Acaso hay algo nuevo en aquello? Ahora, no quiero gritarte Nora, no tengo razones para ponerme violento contigo, yo... yo no soy como padre y no me desquitare con personas que no tengan nada que ver con mi pesadez: así que, por favor, no me vuelvas a llamar ¿sí?

—pero, Yato...

—No hay peros Nora, quiero que esta sea la última vez que me llames para darme los mandados de padre, no mejor, puedes llamarme...si, llámame, pero cuando tú quieras decirme algo siendo realmente "tú"

—No te entiendo Yato ¿Qué me estas queriendo decir con aquello? —preguntó Nora sin cambiar su suave tono de voz.

—Llámame cuando de verdad sean tus palabras y no las de padre —Fue lo último en pronunciar antes de colgar y tirar su móvil contra la pared con todas sus fuerzas en un momento en que su cerebro ya no encontraba razón. Se tapó sus ojos con las manos y sus piernas ya no resistieron más el peso de su cuerpo, finalmente cayó al piso ante una crisis de pánico total. —Oh mierda —susurró suavemente mientras trataba de sacarse la corbata que "lo asfixiaba" y todo su mundo daba vueltas —tranquilo, respira, le he dado una guerra a padre ¿eso es nuevo? —por sus nervios comenzó a reír —¿y ahora que se supone que haré? ¿Qué haré con Yukine? ¿Tendré que abandonarlo? ¿Y Hiyori? ¿Qué le diré? Si sigo con ella, padre le hará daño. No puedo. ¿Cómo permití que esto se me saliera de las manos? ¿¡Como me permití ser tan descuidado!?

Familia | Noragami | YatoriWhere stories live. Discover now