𝕰 | "Cuenta una antigua leyenda que se creó junto con Hogwarts que algún día una quinta casa nacería, y hoy es ese día"
dónde Epifania o Effie Edevane llega a Hogwarts con la esperanza de que la casa que seleccione por ella sea la mejor.
Y en el...
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"Correo de Hogwarts"
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EFFIE ESTABA impaciente por partir, podías ver a una pequeña niña rubiecilla de ojos verdes al centro de una enorme sala, en la biblioteca de la gran mansión en la que vivía, en la que por cierto no le encantaba estar, no sentía que pertenecía a pesar de se una de las herederas de aquella Mansión Edevane, no la sentía su hogar y no por que fuera gélida o antigua, si no por el tamaño de esta, se sentía sola la mayor parte de tiempo, y para una niña de diez años, eso no era algo maravilloso. Toda su niñez lo único que tuvo para jugar era un enorme jardín y la inmensa soledad que sentía. Ni siquiera tenía permitido hablar con los elfos o elfinas domésticas puesto que según su padre eran criaturas inferiores.
Lo único que le dejaban tocar eran los libros y con la lectura escapaba a menudo. En ese momento leía un libro muggle que su padre le había escondido para que no lo leyera, pero ella era más astuta y lo encontró debajo del piso en la sección prohibida, se trataba de The Whisperer in Darkness de H.P Lovecraft, mientras estaba sentada en el suelo. La razón por la que lo leía a pesar de no entender del todo lo que decía, era que a su padre le disgustaba y eso era lo que le emocionaba.
Leer la distraía, hacia que olvidara su entorno, y no es que no fuera agradecida, si que lo era, pero a veces soñaba con otra cosa, por ejemplo, no le importaría si tuviera una casa chica, con tal de que su familia fuera más cálida o tan solo compasiva.
Es decir amaba a sus padres pero a veces se tía que ellos a ella no, solo querían a su hermana mayor, pero jamás pensó en decir nada acerca de eso.
Las velas alumbraban la enorme y obscura sala llena de libros y su larga cabellera rubia que se asemejaba a una cascada de oro según su abuela caía sobre sus hombros, y la falda color verde que utilizaba parecía que se derramara por el piso, ella estaba en el centro de la biblioteca y nadie estaba a su alrededor.
Fue cuando escuchó unos pasos dirigirse hacia la gigantesca puerta de madera tallada que se levantó de donde estaba y escondió el libro por otro diferente.
