Capítulo V

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Cuando hemos cruzado el paso puedo sentir un peso de encima caer. Creo una amplia sonrisa en mí rostro.

—Tú casa luce tétrica —menciona.

Hago un quejido de incomodidad. No sé a qué se refiera con eso, nunca he visto mi casa, ni nada en realidad.

—Oh, cierto. Mejor entremos.

Suelta mí mano y comienza a caminar. Sigo sus pasos. La tranquilidad de la casa no se compara ni con ese pueblo a altas horas. El sonido de sus zapatos y los míos contra la madera resuenan por toda la habitación.

—¡Vives en un castillo! ¡Este lugar es wow!

—He leído que los castillos son lugares hermosos custodiados por dragones —respondo con alegría.

—¿Sabes leer? —inquiere, impresionado.

—En braille —respondo con obviedad.

Chasquea la lengua. Camino directamente a las escaleras. Cuando me encuentro en la cima de ellas siento mi cuerpo querer colapsar. Un vapor recorre mi cuerpo por completo haciendo que mi respiración comience a desvanecer.

—Hey, ¿estás bien?

Sus manos se posicionan en mí cintura. Mis mejillas se tiñen de vergüenza por su acción. Toso un poco y me aparto de él. Cuando me doy cuenta la niebla ha desaparecido.

—¡Hora de dormir! —digo con voz nerviosa.

Camino guiándome con los pasos que cuento hasta mi habitación. Al estar enfrente a ella introduzco mi cuerpo en el cuarto, dentro de ésta suelto un suspiro de alivio. Los pasos del chico se apresuran hasta mí posición.

—¿Cómo lo haces? ¡Diste los pasos exactos hasta tu habitación! —Su voz aparece dentro del cuarto. Le dedico una sonrisa.

—Tengo trucos.

—¡Es muy wow!

Comenta con entusiasmo. Ahora sus pasos resuenan dentro de la habitación, la recorre de un lado a otro como si la estuviera inspeccionando.

—¿Entonces tienes un amigo que vive contigo?

Asiento ante su pregunta. Se detiene justo frente a mí. Su respiración es tranquila e impacta directamente el aire que suelta contra mi rostro; no es muy alto.

—Eres muy linda —confiesa.

Trago saliva, pero en el intento ésta se atora en mi garganta haciéndome toser con desespero. Una fuerza impacta contra mi espalda: la golpea con su palma ligeramente para hacerme tratar salir de esta tortura que es ahogarme con mi propia saliva.

Luego de unos pocos segundos puedo lograr dejar de toser. Sus anteriores palabras vuelven a hacer presencia en mi memoria así que pienso en algo para dejar ese tema de lado.

—Puedes dormir en el cuarto de mi amigo —mi voz tiembla como la de un tartamudo.

Una risa es proporcionada por su parte. Entonces, siento su mano impactar contra mi cabeza de manera delicada y moverla para terminar haciendo que mi cabello se mueva de un lado a otro.

—Está bien, hasta mañana, Blind.

Sus pasos se alejan de a poco hasta terminar desapareciendo. Me acerco a la cama y me desplomó encima de ella, toco con la palma mi pecho, logrando sentir cómo mi corazón palpita fuertemente, casi pareciendo que va a salir disparado.

Cuando el palpitar enérgico de mi corazón ha descendido me acuesto y tapo con la cobija. Relajo la respiración lo más que puedo para calmarme y comenzar a dormir.

SusurrosWhere stories live. Discover now